NO

Las RUF serán el nuevo espectáculo de la politiquería nacional. Digamos las cosas como son, la izquierda pretende unas reglas inaplicables, como por ejemplo, detectar en medio de la refriega y el incendio de la Iglesia de turno, si el tirador encapuchado de bombas molotov es indio, negro, mujer, hombre, travesti, pobre, rico o aficionado a jugar al luche; la derecha, solo pretende entregar el problema a los militares, incluso en casos con civiles involucrados, para así no ensuciarse las manos, su verdadero proyecto consiste en pelarse públicamente por las comunas de Providencia, Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea; y los militares no van a arriesgar el pellejo en nombre de una izquierda que no los quiere y una derecha que los utiliza.

 

La izquierda intentó en su desquiciada constitución, incluir una justicia especial para aborígenes, a quienes utiliza como primera línea en la Araucanía, en un indisimulado intento de buscar la impunidad. La derecha hace lo mismo, pretende revivir a la justicia militar con la misma finalidad. Esto no se puede aceptar.

 

Franco Vargas, tal como las 45 víctimas de Antuco, murió “sirviendo a la patria”, aunque no en manos enemigas, sino en las de sus propios superiores que preparan a estos cabros para morir en una eventual primera línea de combate, mientras ellos solo dan órdenes y sus superiores roban con la venia de los políticos que los designan en su cargo: https://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/chile/2024/05/05/audio-revela-como-habria-sido-la-muerte-de-franco-vargas-pidio-que-pararan-que-se-iba-a-morir.shtml

 

Recordemos lo que sucedió y las consecuencias del caso Antuco: https://es.wikipedia.org/wiki/Tragedia_de_Antuco

 

¿Se imaginan casos como estos, con conscriptos involucrados que sabemos no son militares, es más, son considerados por estos como la escoria del regimiento y los preparan para ser carne de cañón, en manos de la justicia militar?

 

Una verdadera democracia (Chile no la tiene, y la propuesta de la izquierda pretende terminar con lo poco que tenemos) debe estar basada, siempre, en el respeto a la vida, la libertad y la propiedad de todos; en una real igualdad ante la ley; en una efectiva división de poderes; en la libertad de expresión y religiosa, y en impuestos mínimos, no expropiatorios.

 

En Chile lamentablemente estas premisas, o no se cumplen, o dependen de la voluntad de quienes controlan el estado botín que utilizan para erigirse como una clase privilegiada que somete, se burla y roba a los demás.  

 

Todos sabemos que el problema no se soluciona entregando casos conflictivos a la justicia militar, sino reformando desde las entrañas un sistema de justicia que actúa al servicio de los políticos. El problema es que esto lo deben hacer los políticos.