¿SEREIS COMO DIOSES?

Desde que a las gentes les dio por aseverar que su mente crea las cosas, comenzamos a ingresar en una deriva enloquecedora. La verdad es que las cosas, y la naturaleza misma de ellas, existen, no necesitan ser pensadas, ni creadas, ni refundadas (“Pensemos Chile”, nos proponen los sospechosos de siempre).

 

Independientemente de lo que nosotros creamos y queramos, todas las mentiras, supuestos y deseos más grotescos y viles que intentamos dar por ciertos, respaldados en nuestra supuesta libertad de pensar, en el inútil intento del cumplimiento desenfrenado de nuestros deseos, no cambian la realidad. El resultado de tanta estupidez es siempre el mismo, la negación de la realidad, la convicción de que las cosas no existen en sí mismas, sino que nosotros, solo provistos de nuestra subjetividad, podemos crear una nueva realidad a nuestra imagen, donde se harán realidad nuestros deseos de turno.

 

Así nacen las ideologías. El liberalismo, que en su versión mas fanatizada y aberrante destruye la libertad para transformarlas en un querer ser fuera de control; y el socialismo marxista, intento criminal que reemplazar el paraíso celestial por un infierno terrestre donde lo humano deja su lugar a lo que Allende definía como socialismo “integral, científico, marxista”. El hombre nuevo.

 

El razonamiento y la libertad no se pueden ejercer sin observancia estricta a la realidad y la ley natural. Es caer en la soberbia. Es suponer que la historia humana ha sido una interminable cadena de errores e injusticias que pueden ser borradas de un plumazo por los psicópatas de turno, quienes siempre terminan acometiendo los más horrendos e inhumanos crímenes contra la humanidad que pretendían civilizar.