MUJER DE IZQUIERDA

María Alejandra Benavides, rectora del INBA, nuestra insigne fábrica de bombas nacional -aunque no es la única-, se declara muy oronda como “soy una mujer de izquierda”:  https://www.emol.com/noticias/Nacional/2024/10/24/1146529/rectora-internado-barros-arana.html

 

No es la única en todo caso. Conocemos la pléyade de autodefinidos como “intelectuales de izquierda” que han deambulado por medios de desinformación masiva desinformando y manipulando al populacho bárbaro.

 

Esta mujer de izquierda define la explosión que sucedió en el lupanar que regenta como “un hecho aislado”. Entiendo que se refiere como hecho aislado a que las bombas destinadas a matar “pacos culiaos” y gente en general explotaron dentro de su lupanar; de ser así, la mujer de izquierda tiene toda la razón. Lo que no es un hecho aislado, es que profesores de izquierda y padres de izquierda han fomentado sin pudor alguno todo tipo de crímenes horrendos, como el que aprestaban llevar a cabo estos jóvenes combatientes y agentes de cambio social, hoy chamuscados por sus propios actos delictuales: Quemar a los demás.  

 

Todavía queda gente imbécil que se asombra ante los resultados de la abyección nacional dirigida por mujeres y hombres de izquierda totalitaria. Justifican a criminales que se jactan de sus delitos amparados por la justicia social, el cambio por el cambio y un imaginario mundo mejor donde ellos robarán, esclavizarán y bombardearán al respetable público que los aplauden como focas a cambio de un bono, algo gratis, o la esperanza de arruinar a un rico.

 

Esta patulea de criminales se burla del dolor ajeno vociferando una retahíla de eslóganes sórdidos, irreflexivos y depravados. Se enorgullecen de su chabacanería y la zafiedad que exhiben con odiosidad evidente y el respaldo de masas enloquecidas, periodistas y políticos.

 

Los “hombres y mujeres de izquierda” dedicados a la difusión de ideas perversas y técnicas de envilecimiento masivas mediante los medios de comunicación, las escuelas y universidades patrias, intentan normalizar aquellas barbaridades que la razón prefiere suprimir. Degradan a tal nivel la naturaleza humana, que consideran natural lo aberrante; llaman justicia social al crimen; llaman empoderamiento al envilecimiento, degradando todo a su paso.

 

No tengo la más mínima esperanza de que algún día no muy lejano, los “hombres y mujeres de izquierda” responsables de desgraciar y fanatizar a miles de niños y jóvenes terminen respondiendo por sus crímenes.