¿ASIA DÓNDE QUEDA HACIA?

¿Estamos en manos de quienes? Pues de una banda mafiosa de atorrantes y delincuentes, que fue electa por un populacho bárbaro envilecido a cambio de obtener por las malas el dinero ajeno.

 

Barbarilandia está sometida a una revolución encabezada por picantes y golfos arribistas que no le han trabajado un día ni a la madre que los parió. Los apoyaron en la satánica aventura y los sostienen en el poder grupos de vendidos y paniaguados de la prensa y las universidades, supuestos expertos improvisados, escribidores de papers y comunicadores de verdades oficiales, que engañan a la muchedumbre espetando con ojitos de emoción pronósticos inverosímiles de mundos perfectos, y pintándonos con cuatro brochazos un futuro esplendor que ni ellos son capaces de creer.

 

Estos charlatanes de la televisión, siempre bien secundados por impresentables expertos a sueldo, justifican o minimizan todo tipo de atrocidades y perversiones de la mafia gobernante.  

 

Toda esta basura promotora de idioteces siempre está presta a lanzar grotescas invectivas en contra de la razón y el sentido común de los pocos que nos alertan de la debacle ética, moral, económica e institucional a la que ellos mismos nos han arrastrado sin piedad y con un desbocado fin de lucro personal.

 

Toda esta patulea infecta de subnormales y delincuentes, vive urdiendo desquiciados planes y turbias maquinaciones, mientras se reparten el suculento botín acumulado mediante sus fechorías verdes, inclusivas, resilientes, transversales y con perspectiva de género.

 

Y claro, todo lo anterior en plena democracia que se supone ellos mismos recobraron, aunque en ese tiempo solo veían monos japoneses en la tele, como ha confesado el Merluzo con su habitual ridiculez en su oportuno viaje a oriente que, para aclarar a este tipejo, no queda hacia allá, sino hacia este otro lado. Y queda en Asia, pero Asia sin hache, porque esa es otra “Hacia”.