SE LO GANÓ.

Dicen las malas lenguas que al distinguido presidente del Colegio de Profesores de Chile, el académico don Jaime Gajardo, le pusieron un combo en el hocico, otros aseguran que fue un puntete donde termina su espalda y comienza su cerebro. Todos coinciden, eso sí, en que no lo agarraron del cogete ya que nunca lograron encontrárselo. Las malas lenguas siempre andan con cosas como estas, por eso son lenguas malas.

Gajardo, quien como buen dirigente comunista tiene mucha boca y poco buche, y solo se atreve a dar la cara en superioridad numérica o a la maleta, huyó del lugar junto al resto del grupo de   Rattus norvegicus que lo acompañaba y se refugiaron en su orificio preferido, la sede del PC en Vicuña Mackenna. Rabanito que arranca sirve para otra protesta.

Estos grupos organizados que extorsionan al país mediante amenazas pacíficas, tomas pacíficas, saqueos pacíficos, barricadas pacíficas, incendios pacíficos y todo tipo de actos pacíficos de dudosa paz, están a acostumbrados a ganar lo que no se merecen. Esta vez no fue distinto, no creo que Gajardo, el hombre cuya vocación de formar púberes se nota a leguas se merecía el combo en su bigotudo hocico, pero que se lo ganó bien ganado, puta se le ganó. Gajardo lleva trabajando para ganarse un combo en el hocico hace mucho tiempo y ya era hora de recibir su recompensa. Todo capitalista sabe que el esfuerzo debe ser convenientemente recompensado. Lo justo es justo.

En tiempos convulsionados como estos que vive Barbarilandia, mucha gente se gana lo que no merece, incluso algunos se ganan su merecido. La historia lo demuestra una y otra vez. No sé qué opinarán hoy aquellos alumnos que perdieron su año escolar o universitario para apoyar la causa de Camila Vallejo, quien oportunamente congeló sus estudios. O quienes apoyaron a “Marco”, el hijo del joven idealista muerto en desigual combate, ahora que sabemos de sus peregrinaciones a las oficinas de don Julio. O quienes acostumbran a comer pollo o a enfermarse de vez en cuando y se los han pasado por el aro sin contemplaciones de ningún tipo.

Tal vez los partidarios de estos personajes y otros de la misma calaña no son tan benevolentes como yo. Más de alguno podrá pensar que no solo se están ganando una buena paliza, sino que además se la merecen desde hace rato.