ACÁ Y ALLÁ.

Los aeropuertos están paralizados, justo antes del “18”. Los puertos también están paralizados todos los años en verano, media hora después del arribo de los camiones cargados con fruta. Los mineros son un poco más salvajes, paralizan cuando les da la gana. Y los profesores son los más salvajes de todos, aunque los alumnos de los colegios pobres se ven beneficiados con un par de meses fuera de las garras de los agentes marxistas gramscianos.

El gobierno asegura que la paralización de aeropuertos es ilegal, y los trabajadores que para estos efectos no trabajan, le responden a la autoridad algo así como “bien, gracias”, ¿y cómo están por la casa?. Y sigue la huelga ilegal.

El gobierno tiene una solución al problema. Envió una nueva ley laboral en que la huelga será sin reemplazo y termina con el anticuado y neoliberal concepto de “huelga pacífica”. Así, pasaremos de huelgas ilegales donde nadie se mete, a huelgas legales donde nadie se va a meter. A esto se le llama fortalecer las huelgas. Todo un avance. Tendremos las mismas huelgas, o más, pero dentro del Estado de Derecho. A esto se le llama fortalecer la democracia. Todo un avance también.

Los que podrían acogerse a huelga indefinida, sin importar si es legal o ilegal, son los políticos. Si solo dejaran de legislar seis meses, el país avanzaría más de lo que muchos suponen. Ni hablar si no legislan por un par de años. Y si dejaran de robar…, bueno, para que les vamos a pedir un esfuerzo tan grande.

En todo caso a mí me da igual si los aviones están en la losa del aeropuerto o volando, porque yo no vuelo. Me da miedo, me da lata y no lo necesito. Además, como la línea aérea Sky pretende cobrar diez lucas por ir de acá para allá y otras diez lucas por volver de allá para acá, todo el mundo va a querer volar de un lado para otro como si fueran huevones, solo porque es barato, no porque realmente lo necesitan.

La gente que pasa la vida de acá para allá y luego de allá para acá es porque no sabe dónde quiere estar. Nada conforma a la gente que no sabe dónde quiere estar, ni sabe para dónde quiere ir sin tener que devolverse o tener que ir aún más allá. Esa gente solo sabe que quiere tener lo que no tiene, sobre todo si otro lo tiene. La razón para esta actitud demencial es que no valoran lo que tienen y si lo valoran no es tanto como para quedarse con ello y no seguir buscando lo que jamás van a encontrar, porque siempre existirá algo más allá del mas allá. Es el camino sin fin que no termina en ninguna parte.

El día que la gallá se dé cuenta que no vale la pena andar toda la vida de acá para allá y de allá para acá una y otra vez, solo porque alguien mas lo hace, porque Sky rebajó los precios, o porque alguien le dijo que andar de allá para acá y viceversa es la raja y no tiene costo alternativo, van a suceder varias cosas.

En primer lugar, la gallá se va a dar cuenta que acá puede encontrar todo lo que necesita, sin necesidad de ir para allá o aún más allá. También se va a dar cuenta que la única manera de disfrutar cuando se está acá es renunciar a estar allá; esto, porque la libertad no consiste en tener, sino en renunciar a tener. El que necesita o supone que necesita es esclavo de esa necesidad, ya que las necesidades pueden llegar a ser infinitas; por el contrario, el que tiende a no necesitar, tiende a la libertad.

En segundo lugar, y solo si se cumple previamente lo que digo en primer lugar, la gallá dejará de ser gallá y pasarán a ser personas. Dejarán la masa y serán individuos. Tal vez mucho pedir…, pero bueno.

Mientras tanto, que viajen en Sky por diez lucas una vez que la huelga ilegal que pronto será legal termine. ¡Buen viaje!, y me cuentan como es por allá, porque yo me quedo acá.