CERTEZAS INCIERTAS.

Hernán Büchi colocó el dedo en la llaga. Su denuncia de incerteza jurídica no dejó indiferente a nadie. el senador Ossandón, que como bien sabemos ha sido iluminado por nuestro señor Jesucristo, trató a don Hernán de traidor, aunque no dijo a quién traicionó, tal vez porque no traicionó a nadie, principalmente porque Büchi no traicionó sus principios como lo hizo la ex derecha, que “a las finales” es lo que cuenta.

El otro iluminado, don Benito Baranda, se mandó una perorata interminable sobre las razones que tiene para no irse de Barbarilandia, aunque nadie al parecer se lo preguntó, y muchos lamentamos su drástica decisión.

El ministro Eyzaguirre, el mismo de las bajadas patinescas por medio de la fuerza, que por lo demás son una incerteza jurídica, es otro que salió al ruedo. El Ministro de Hacienda de Centro, también cree que es un despropósito lo que dijo don Hernán. Todos estos personajes son partidarios de modificar la actual constitución por razones que no revelan públicamente, aunque todos las conocemos, sin embargo, aseguran que el derecho de propiedad no está en juego, y las certezas abundan. Solo debemos creer y confiar en la palabra de estos señores. Büchi no es tan ingenuo.

La certeza jurídica consiste en dictar leyes claras que no sean susceptibles de ser interpretadas por “alguien”, quien se transformaría de facto de legislador auto designado.

En eso consiste la nueva constitución, en relativizar el derecho de propiedad (entre otras cosas), bajar el quórum para legislar, terminar o hacer inservible el Tribunal Constitucional, y resolver todo por mayoría simple sin contrapesos.

Büchi considera que esto es una incerteza. Los que defienden esta postura revolucionaria aseguran que no debemos preocuparnos, el “cambio de paradigma” es inofensivo, aunque nos nos explican para que quieren una nueva constitución si no piensan aplicarla.