¿Y NUESTRAS CHAQUETAS AMARILLAS, CUANDO?

Sebastián hizo público su apoyo al primo arrepentido. Je…je…je…, no me gustaría depender del apoyo de un tipo como este. La cabeza del paje real aun no rodará, se supone. De cualquier forma, reconozcamos que Andrés es menos malo que Gilpeter, que hasta leyes mordazas promueve. Me gustaría preguntarle a ex muñeco de palacio, si la futura ley incluirá sanciones al “negacionismo” del genocidio palestino.

Apareció un nuevo ahijado del presidente de derecha que cambió. La oposición cuestiona la capacidad de Benjamín, el hijo de la Ministra del Deporte. También sospechan de su edad (27). Vamos a ver, el problema no es su edad, o si este muchacho tiene o no la capacidad para ocupar el cargo, sino como llegó hasta ahí. Hasta Villegas en su canal se hace el leso con este tema, nadie quiere ir al “fondo del asunto”. No estamos hablando sobre conocimientos y experiencia, es sobre más que supuestos tráficos de influencia, que es una forma de corrupción.

Si dejáramos sin su abnegado trabajo a todos los apitutados, es decir, a los maridos y señoras de, hijos, hijas, hijes, primos, parentela extendida, compañeros, camaradas, combatientes, comandantes, amantes, mocitos, asesores, escribidores de papers, extendedores de boletas, recolectores de coimas, seudo ejecutivos, seudo gerentes, seudo directores de empresas y demás parásitos estatales, tal vez reduciríamos el estado ladrón a menos de la mitad de su tamaño. Sería un paso gigantesco hacia el paraíso terrenal, o al menos uno definitivo para escapar en parte del infierno estatal.

Si a esto le agregamos que por enésimas vez se ha publicado que los empleados públicos obtienen sueldos un 20% mayor que los empleados privados (nada dicen aun sobre que trabajan menos que los privados), la mayoría del país puede concluir que se equivocó de camino. Que el crimen sí paga, que el trabajo productivo no sirve de nada, y que solo el pituto es fecundo. Ese es el problema, ¿o aún no se entiende?