¿APRUEBO O RECHAZO?

A partir de marzo, comenzará la verdadera campaña del plebiscito nacido del terrorismo, las amenazas, la delincuencia, el miedo y la indolencia del gobierno. Habrá que convencer a los idiotas de siempre, a los buenistas sin destino, a los faltos de cultura, a los que no leen historia ni hacen acaso a quienes algo han leído, que el “apruebo” significa entregar el destino de todos nosotros, nuestros hijos y nietos, a lo peor de la sociedad chilena y sus compinches extranjeros revolucionarios.

Votar “apruebo” será votar por aprobar algo que desconocen ¿Acaso no es irracional aprobar algo que aún no existe, más que en la mente perversa de la extrema izquierda?

Votar “apruebo” es una irresponsabilidad que podemos pagar con la ruina. Los viejos o no tanto, no tendremos posibilidad de reponernos nunca más, y los jóvenes y no tanto, perderán los mejores años de sus vidas esperando a que termine la pesadilla (en Venezuela llevan 20 años y en Cuba 60).

Las personas racionales pueden aprobar o rechazar algo que han estudiado, consultado, conversado con alguien que sabe más. Usted, estimada señora, estimado señor o estimade lo que sea, ¿se compra un  teléfono, un auto, un televisor o una casa así nomás, a lo loco, de acuerdo a lo que le cuenta el vendedor a comisión? ¿Usted es tan huevón, mijo? No me diga…, nunca me lo hubiese imaginado. Usted que se ven tan serio para otras cosas, oiga.

Rechazar una constitución que no se conoce, y entregar un cheque en blanco a un grupo de desconocidos para que redacten una que no sabemos qué dirá, es estúpido ¿O no, mijo?

Observen a quienes han pedido una nueva constitución durante los últimos años, y piensen si le entregarían la crianza de sus hijos, la administración de sus bienes o el cuidado del dinero de su pensión. Luego de este ejercicio, vote lo que le dé la gana, pero trate de hacerlo responsablemente.