EL GRAN DONALD Y LA VIEJA RIDÍCULA.

El gran Donald fue absuelto. Terminó el ridículo juicio político en contra del mejor presidente de USA desde Reagan, al menos. Si el gran Donald debió ser destituido por las acusaciones en su contra, ¿quién apaga la luz y cierra la puerta por fuera? A sus detractores no les gusta lo que hace, ni lo que dice, y a muchos no les gusta como lo dice ¡Es el tono, oye! Últimamente no está bien visto decir la verdad a secas. Parecen chilenos ¿O serán estos tiempos repletos de pililos sabelotodo sintiéndose vulnerados y violentados por este perro mundo y casi todos sus habitantes? Es eso que nos anunció Ortega y Gasset (si, ambos, eran dos dicen por ahí…) Lo de la rebelión de las masas, o como se ha bautizado en este Blog, el advenimiento del populacho bárbaro con exigencias y derechos.

Si el gran Donald fuera negro, homosexual, islámico o simplemente de izquierda, y el resultado de su gestión fuera el que es, habría fiesta con fuegos artificiales en todas las televisiones del planeta. Pero es rubio (demasiado a veces), le gustan el poto y las tetas, no pesca a los huevones y se ríe de los jiles. Crack. Y a los Crack como este no se les perdona nada.

Como van las cosas, y si el diablo no mete la cola, podríamos acercarnos a la reelección del Gran Donald. Y un presidente norteamericano en su último periodo presidencial (USA no es Latinoamérica, allá te vas para la casa y listo, ¿escuchaste Evo?) con una supuesta mayoría en el congreso (que el respetable publico así lo quiera) puede hacer cosas grandiosas. Despedida triunfal, y que los progres y viejas locas chillen lo que quieran.

En Chile jamás ganaría una elección alguien como el gran Donald. Somos muy rascas para eso. Muy hipócritas. Muy arribistas. Y esas cosas… En Chile no pasan esas cosas. Aquí preferimos esperpentos como la Gordi, el Piñata, la Vea y el Joaco ¡Guácala! Y así estamos…

P.D. Vi el discurso del estado de la nación completo. Es el segundo que veo. Fue un gusto escuchar lo que escuché. Rico el ¡oosssooo! que le hizo a la vieja estirada, y a la otra no se le ocurrió nada mejor que hacer el loco y romper las hojas. Eso se llama falta de clase. Lástima que en Barbarilandia tampoco pasan esas cosas (salvo la falta de clase, obvio)…. Qué diablos.