CUESTA ARRIBA.

Hoy todo es Coronavirus, y con razón. Contabilizaciones de enfermos y fallecidos; personas que actúan como imbéciles y juegan con las vidas ajenas; recomendaciones sanitarias que repiten y repiten hasta el cansancio; gentuza tratando de obtener réditos políticos, y mucho miedo por lo que puede venir por delante. Vemos con preocupación un futuro económico incierto, mientras muchos intentan aprovecharse de la situación. Los imbéciles deliran con la foto de Piñera en el pozo séptico de Plaza Italia. Claro, como los muertos no son los que esperaban, todo vale para echarle a la olla. Y así estamos.

Es difícil escribir sobre algo importante, porque hoy no existe tal cosa. Seguramente terminaré publicando recetas de cocina, o las reglas del correr el anillo o la payaya, para la entretención de los lectores. Intenté hacer pan y no resultó nada de lo que me pueda jactar. Tampoco el queque de naranja formará parte de mi legado intelectual. Lo mío siempre ha sido la cocina, el dulce y el pan lo compro donde saben hacerlo o al menos lo intentan.

El  mundo económico está loco. Se anuncian quiebras de empresas, desempleo galopante y endeudamiento por un tiempo indefinido por el momento, sin embargo las bolsas mundiales suben sin parar ¿Quién maneja esto? En Chile, el IPSA parece reflejar un futuro esplendor que no considera el plebiscito de octubre o de cuando sea que pueda realizarse. Yo no compré acciones ni voy a comprar mientras el precio no refleje la realidad. No pretendo ser carne fácil de chilenitos vivos que sostienen un mercado a la fuerza. Por mientras a esperar. Paciencia hermano, los caminos del señor son los caminos del señor, y los atajos no llevan a ninguna parte que valga la pena ir.