HAY CLASES Y CLASES.

El Administrador Provisional de Palacio anunció un paquete de ayudas a la clase media. A propósito, ¿qué es la clase media? Definitivamente son todas aquellas personas que no son pobres ni ricas ¡Genial! Yo no soy pobre ni rico, por lo tanto recibiré mi caja con mercadería, esta vez con productos premium de clase media, supongo. Leche sin lactosa, aceite de oliva, azúcar rubia, te de Sri Lanka, huevos de gallinas felices, sardinas españolas y salsa de tomate italiana. Todo muy clase media, como diría la Lita.

Pero no será el caso. Me entero por la prensa que esta vez el maná no caerá del cielo, ni saldrán borbotones de leche y miel de la billetera fiscal. La ayuda no es más que un salvavidas de plomo. Vamos a ver: A todo aquel que, por decisión de la autoridad no puede trabajar debido a la clausura de su actividad considerada no esencial por los sabiondos y expertos en la materia, y a todos aquellos que muerden el polvo del desempleo producto de lo mismo, se les prestará dinero y se les postergarán créditos. Si algún día encuentran trabajo o pueden levantar la cortina del boliche, tal vez comenzarán a pagar. Con esta medida, el gobierno asegura el pago de sus impuestos y, los bancos sanean su contabilidad. Desde hoy en adelante, la clase media será un poco menos clase media. El show debe continuar.

De regresar a trabajar, nada. Los esfuerzos de los señores políticos de oposición están puestos en hacer zancadillas al gobierno, este en seguir el programa de la oposición, todos juntos en  mantener los privilegios que les entrega la recaudación tributaria, y por lo tanto en agrandar el tamaño del estado sin parar y, por supuesto, en preparar la fiesta de la democracia que nos anuncian para octubre.

El mundo real, el de allá afuera, el de la calle, el que los financia, no es esencial para los señores políticos. Ellos viven de legislar a su favor, de acumular poder, de cobrar impuestos, de la palabra fácil, de las promesas estridentes y el espectáculo masivo.

Ellos se consideran “clase política”. Otra clase más en la lista. Por eso nos dividen a nosotros en clase media, clase alta, clase trabajadora y demás clases. Toda una lucha de clases para diferenciarnos, enfrentarnos y agruparnos según el “focus group” de rigor. Todo muy marxista, como también diría la Lita.