PRONUNCIAMIENTO CIVIL.

El alcalde de Valparaíso, el comunista Sharp, autorizó la apertura de botillerías. El maldito licor es un bien esencial, algo que los conservadores y totalitarios seudo derechistas niegan. Hoy me entero que la municipalidad de Viña del Mar siguió sus pasos, ante el argumento irrefutable de los botilleros: almacenes, viñas y supermercados pueden vender alcohol, y ellos no ¿Por qué? Pues porque al que manda así se le ocurrió. El gobierno totalitario anuncia medidas coercitivas en contra de los comerciantes.

Escuché que el gobierno, además, pretende prohibir el uso de Waze, porque permite ubicar los controles de Carabineros, mientras utiliza al cuerpo policial para entregar protección a los centenares de funerales narcos que festejan a balazo limpio. Y en un acto de sabiduría sin precedentes, dando muestra de su liderazgo sin límites, autorizará el trabajo de gasfíteres y electricistas, quienes en agradecimiento por permitirles parar la olla, construirán e iluminarán la futura estatua del Administrador Provisional de Palacio.

Creo que ha llegado el día ¡Sebastián, renuncia!, o llevarás al país a una revolución, con un helicóptero para ti y un Uber para tus mascotas ¡Basta ya! Llegó el momento en que el pueblo, incluidos derechistas, centristas, izquierdistas democráticos, trabajadores, empresarios, vividores de lo ajenos y sinvergüenzas, pongamos término en forma pacífica a este nefasto gobierno de mierda, antes de que terminemos en una sangrienta revolución.

Esta gentuza que nos regenta, no puede obligarnos a soportar un gobierno y una oposición de mentirosos, oportunistas, corruptos, totalitarios, ineficientes e ignorantes, que legislan “al tun tun”. El gobierno actúa con miedo, no mantiene el orden público y el estado de derecho y, lleva al país a la ruina. Muchos parlamentarios de gobierno y oposición son ilegítimos, al actuar inconstitucionalmente y atentar a dedo en contra de la libertades de la población. Algunos jueces y fiscales se han transformado en activistas. Toda esta crápula está fuera de control, y el pueblo debe anticiparse a la debacle haciendo valer su derecho a rebelión ante un grupo de políticos que actúan fuera de la ley. Quienes han actuado o legislado al margen de la ley y quienes no la han hecho cumplir, no pueden volver a postular a un cargo público nunca más y deben ir a prisión. Quienes propiciaron, organizaron, apoyaron y toleraron el golpe de estado del 18 de octubre, deben seguir el mismo camino.