EL NEGOCIO ES LA PROHIBICIÓN.

 

La última novedad del año para la prensa y los señores políticos, es preguntarse públicamente que hacer con el crimen organizado. Yo les diré que hacer: Nada. Y no pueden ni quieren hacer nada porque el crimen organizado son ellos. La Alianza Público Privada es crimen organizado; la verdad oficial de la prensa seria lo es; el "estallido social" lo fue; los actos terroristas, asesinatos, robos, saqueos, incendios y tomas de terrenos en el sur, con posterior entrega de los mismos graciosamente por el Estado, es crimen organizado ¿O acaso no están organizados?

 

¡Ah ya, ok!, se refieren a los traficantes de droga. Pues eso es más fácil, terminan con la prohibición en todo el mundo y terminan con el crimen organizado asociado a ella. Pero eso no lo harán, ya que el negocio también incluye a las autoridades, policías, militares, prensa, empresarios y señoras juanitas en todo el mundo. Miren a México como un buen ejemplo de esto. La razón oficial para no terminar con la prohibición, es protegernos ¿De qué? ¿De qué nos van a proteger si no hay crimen?

 

Todo crimen organizado es organizado o permitido desde la autoridad, o no podría existir. El Estado, ese ente burocrático tomado por grupos de poder que lucran a rabiar, es quien regenta, legisla, aplica leyes, cobra impuestos y encarcela a la gente. Tienen el poder total, por lo tanto tienen la obligación de solucionar el problema. No lo hacen por ser corruptos, es decir, parte del negocio y por lo tanto parte del problema.

 

El crimen organizado está diseminado por todo el mundo, salvo en Barbarilandia, ya que como nos han hecho saber desde tiempo inmemorial, “en Chile no pasan esas cosas”. Y la prohibición no terminará, ya que el negocio es precisamente la prohibición, o de lo contrario un paquete de marihuana valdría lo mismo que un paquete de té.

 

El fin de la prohibición del alcohol en USA terminó con el tráfico y el crimen organizado en torno a tan lucrativo negocio, dejando en manos de las mafias minucias sin mayor importancia como el juego y la prostitución. Pero quedó pendiente la droga, y así estamos. El “riesgo” de que el crimen organizado se tome el estado, es la nueva supuesta preocupación de la prensa y autoridades, una muestra más de la hipocresía nacional que cada vez se supera a si misma con nuevas muestras de carerrajismo sin límites.

 

Mientras tanto, y para mantener la imagen pública, encierran de vez en cuando a algún atorrante que vendía un poco de droga en algún oscuro pasaje de alguna miserable población, mientras los capós y sus protectores se hacen multimillonarios. El show también es parte del negocio.