BREXIT, REGRESO A LA NORMALIDAD.

Es menester recordar que el Reino Unido se retiró, por fin, de la Unión Europea, ese intento totalitario por controlar unidas por medio de la burocracia, lo que Francia y Alemania no pudieron por separado por medio de la guerra. La idea de unión antes que guerra es una falacia. No pretendan expansión territorial y no habrá guerra.

 

Espero que el resultado sea favorable para el Reino Unido, algo que podremos evaluar tal vez en un lustro o más. Será el fin de la Unión Europea, que quizá desaparezca por completo o parcialmente. Una vez más la política exterior inglesa de un solo punto con respecto a Europa se impondrá: Que nadie controle el continente.  

 

Ya se enteraron de ello Hitler y el emperador alemán Guillermo II durante el siglo XX; Napoleón en el XIX; y si vamos un poco más atrás, Luis XIV de Francia, debió conformarse con no unir las monarquías española y francesa luego de que el futuro Felipe V, Borbón, recibiera la corona española por testamento de Carlos II.

 

La historia no se equivoca, demostrando que si bien la Comunidad Económica Europea fue un intento comercial exitoso, al que el Reino Unido ingresó con suspicacia aunque entendiendo su importancia en aquel momento, la deriva totalitaria que estuvo presente desde el nacimiento de la C.E. en parte importante de sus burócratas, era una anomalía histórica peligrosa donde el R.U. no debía permanecer, por su bien propio, de la misma Europa y del mundo.

 

Desde el tratado de Maastricht y, por supuesto, desde el antidemocrático tratado de Lisboa, que desoyó el rechazo holandés y francés a la constitución europea, los movimientos llamados “euroescépticos” comenzaron a crecer.

 

Hoy hago un reconocimiento al valiente Nigel Farage, mi político favorito a nivel mundial -a quien por supuesto se le ha sumado el gran Donald- artífice de este histórico momento por el que luchó durante más de dos décadas.

 

Europa debe mantener un comercio libre inspirado en la Liga Hanseática, reemplazando las ciudades por países, no debe caer en intentos totalitarios como los recordados en esta columna, que más se asemejan a la ex URSS. Si a una Europa libre y a un Reino Unido Global; no a Bruselas y el tercer Reich de la señora Merkel y su mascota Macrón, y quienes los reemplacen en sus cargos.