DESPUES DE USTED...

Los señores políticos y su brazo armado propagandístico, la prensa seria, no nos informan debidamente de nada. Ese es su negocio, por supuesto. Citan a expertos en la materia y charlatanes varios, algunos de ellos voceros recurrentes en farándula AM para niños, empleadas domésticas y algunas dueñas de casa en buzo viejo (matinales) y farándula para gente con criterio formado a punto de quedarse dormidos (noticieros).  

 

En el caso de las vacunas, principalmente la del brebaje chino, no han cambiado de estrategia. Nos informan que si bien es cierto que no es mala, no es menos cierto que es buena dependiendo de la manera como se analice. El brebaje chino necesita demasiadas explicaciones, las vacunas encargadas por el bueno de Donald se explican solas: sirven. Hoy vi en YouTube al Matías del Rio acariciar con sus preguntas al experto de turno, que se enredaba más de la cuenta analizando el brebaje misterioso. Estoy más que seguro que no hubiesen hecho ni la mitad de ese esfuerzo para justificar la existencia de alguna vacuna del imperio.

 

Producto de esta desinformación, la GCU debe suponer cosas y utilizar la intuición; el populacho bárbaro lo tiene más simple, harán lo que indiquen la Tonka y cia. Si lo hacen bailando o con gestos de emoción, mejor aún. Todo sea por seguir cobrando a fin de mes.

 

Lo que yo entiendo de este asunto –a riesgo de equivocarme-  es lo siguiente: Usted se vacuna (o lo vacunan). Queda con una inmunidad del, digamos, al menos 50%, algo que de todas maneras no puede saber, salvo que exista un examen que lo revele, y suponiendo que ese examen está disponible en Barbarilandia, es gratis, o puede pagarlo con Isapre. Ya partimos mal, o más o menos nomas.

 

Acto seguido, entiendo que la vacuna lo protege cada día menos, ya que el efecto se supone será de algunos meses y decreciendo en el tiempo (eso dicen los hocicones asesores de la prensa seria, o al menos es lo que logro entender entre tanta palabrería). Por lo tanto, como usted no sabe qué grado de inmunidad posee y a qué velocidad decrece esa protección, pues está casi como antes de la vacunación, con el agravante que el populacho bárbaro vivirá como mono en fiesta después de un año de abstinencia. El riesgo será tan grande que, con o sin vacuna, de todas maneras continuaremos (me refiero a la gente normal) viviendo como antes de la vacunación con el brebaje chino que le enchufaron a Sebastián, el administrador del lupanar.

 

En resumen: A usted lo vacunan hoy con la Chinovac ¿Cuánto tiempo puede estar más o menos tranquilo? Pues yo no lo sé. ¿Y usted, lo sabe?