FLAITE LIVES MATTER.

Ya ven como estamos, imitando a los negros de USA, no solo en su música del bum, bum, bum, los pantalones a medio poto y el tráfico de drogas. La moda es quemar y robar todo lo que sea posible cada vez que la policía mata a un delincuente ¡Los quiero a todos arrodillados frente al cajón del weón de los sables! Y ante todo flaite que pase por delante de ustedes. Flaite lives matter.

 

Por lo que se ve en el video (menos mal que esta vez hay video), el malabarista con -según me cuentan- antecedentes criminales, arrancaba de la policía, hasta que decidió embestir al gordito de verde al más puro estilo Atila. Solo le faltó el burro.

 

Ya estaba advertido el machucao con dos tiros a tierra, pero la costumbre es no hacer caso a la policía, y si es posible matarlos, patearles la cabeza y darle los restos a los perros (si pudieran lo harían, sin duda), y todo esto por el apoyo y la irresponsabilidad de los señores políticos, la complicidad de este gobierno de pacotilla y el azuzamiento de los compañeros de la prensa seria acostumbrados a manipular información. Y así le fue al tonto útil.

 

Seguramente los compañeros periodistas dirán que el flaite compró los sables en Otto Kraus. El INDH se soba las manos. Otros dirán que el arte y el teatro nacional están de luto. El Ministerio de “las” Culturas interpondrá una querella. Propongo la entrega póstuma del premio nacional de artes escénicas al delincuente que intentó rebanar al gordito de verde. Barbarilandia es una locura.

 

Así como critiqué la estupidez que se cometió en la muerte del delincuente Catrillanca (ya saben, en esa oportunidad el tipo estaba desarmado y los pacos destruyeron la cámara), esta vez para mi está claro, el fulano estaba advertido, intentaron persuadirlo de distintas maneras, pero no hizo caso. Atacó al carabinero, se lo buscó, y el que busca encuentra. Cagó nomas, ya está bueno de tanta locura. O ponen orden en este lupanar, o el país no tendrá vuelta atrás.