LA SOLUCIÓN FINAL.

¡Exijo una querella en contra de quienes resulten responsables! ¡Aquí y ahora! ¡Basta ya! Las ya legendarias querellas en contra de nadie son nuestra única solución. Los no-terroristas temblarán de miedo al escuchar al Administrador Provisional de Palacio, secundado por sus lacayos de sueldos reguleques, anunciando la solución final.

 

Una vez querellados, los bestiales machucaos caminarán cabeza gacha hacia el Valle de Josafat esperando el juicio final. No mas camiones quemados, ni fundos asolados, ni gente acribillada, la querella prometida marcará un antes y un después ¡Basta!

 

Las flores de la Araucanía volverán a nacer en campos fértiles cultivados por rubiecitos de ojos azules. Los indiecitos buenos podrán continuar cambiando damajuanas por gallinas. Los camioneros podrán conducir sus humeantes máquinas con las ventanas abiertas, el tostado brazo afuera, la minita al lado y un pucho en el hocico, sin preocuparse por asaltantes de caminos de distintas razas y procedencias.

 

¡Aleluya hermanos! Sebastián pondrá un punto final a la ignominia revolucionaria. No mas colombianos. No mas fulanos de la ETA. No más CAM. No más campos de marihuana. No mas indios malos robando gallinas, vacas, autos y todo lo que pillan en su camino. No más gentuza de mal vivir. La querella los hará arrancar. Ni se les verán las patas corriendo a perderse de puro miedo. La próxima querella en contra de nadie será la definitiva. Marcará un antes y un después. Será La Araucanía que Todos Queremos. Nuestro Jardín del Edén.  

 

Sebastián, por favor, necesitamos esa querella, es nuestra ilusión, nuestra última oportunidad, solo tu puedes entregárnosla. Gánate tu merecida estatua buen hombre, y serás recordado por tu pueblo como Sebastián “El Grande”; Sebastián “El Justo”; Sebastián “El Valiente” (tres adjetivos). El hombre de las tan afamadas querellas en contra de nadie. El padre del nuevo Chile.