BARBARIE ELECCIONARIA.

Los señores políticos se resisten a postergar la fiesta de la democracia, el rito fundacional del “Nuevo Chile que Todos Queremos”, que en palabras del prócer Lavín, nos hará más pobres y más felices, a través de un milagro que la mente humana no logra comprender (de ahí lo milagroso, que, como sabemos, es un acto de Fe).

 

A nadie le agradan los contratiempos en su negocio, ni es grato aceptar a entrometidos que pretendan entorpecerlo. De ahí que intenten imponer de manera salvaje su improvisado intento por cambiar la historia de Barbarilandia y de la humanidad toda. Los entiendo, viven de estas cosas.

 

Sin embargo, es lógico postergar una votación que sabemos nunca debió aprobarse. Es racional (tal vez por eso la resistencia) postergar la elección el tiempo que sea necesario, hasta lograr la inmunidad de grupo a través de la vacuna. Tal vez hasta septiembre, al menos.

 

La gente inteligente (tal vez por eso no lo hacen) entiende lo que digo, salvo que sean los “verdadero liberales o libertarios”, que, a propósito, no han comentado sobre el contagio de JAK, ni la mortandad en Brasil. Prefieren continuar evangelizando a su tribu con las maravillas ficticias del caso sueco. Palabra del Señor.

 

Esta elección es totalmente antidemocrática e ilegítima, ya que fue impuesta por la fuerza en medio del saqueo e incendio generalizado del país. Todo lo que ha sucedido después ha sido ilegitimo y muchas veces ilegal (desde luego inmoral, pero no pidamos milagros) y ha contado con la complicidad de los organizadores de la fiesta de la de democracia.

 

Si esta elección llegara a realizarse contra viento, marea, el virus chino y dosis mínimas de sentido común, sería la culminación de un proceso ilegítimo que no permitirá la participación de millones de chilenos, quienes haciendo uso de la razón que a la mayoría le falta, preferirán quedarse en sus domicilios dejando de lado la afamada fiesta de los políticos.

 

Los organizadores de esta puesta en escena implementada solo por el miedo a la barbarie, deben ceder ante la realidad y postergar la convocatoria nacional hasta que las circunstancias lo permitan. Yo fijaría fecha para septiembre u octubre próximo, luego del invierno y el término del proceso de vacunación.

 

No es posible que infelices de lado y lado continúen arriesgando la vida de la gente con total impunidad. Deben concentrarse en implementar una cuarentena draconiana, efectiva, muy corta, a sangre y fuego, que nos permita regresar prontamente a la normalidad y así evitar la ruina y la muerte. Chile no resiste una nueva y eterna cuarentena como la del año pasado, con millones de permisos diarios que hacen imposible el control de los contagios. Luego veremos que se hace con la fiesta de la democracia. La gente decente de buena voluntad entiende lo que digo (esta debe ser la razón por la que solo se postergará la elección a última hora y a regañadientes).