INMUNIDAD DE REBAÑO

Los charlatanes siempre tienen trabajo. Hoy está de moda adivinar (ellos dicen proyectar) el día en que se logre la inmunidad de rebaño, la misma que los “verdaderos liberales” proponían a lo bestia, con muertos por las calles tapados con diarios (¿aun venden diarios?). Pues si ya no venden diarios, destapados, así no más, al aire libre, como un testimonio de las libertades individuales de otro, que quedará para las futuras generaciones.

 

Políticos, exministros, expertos en la materia, escribidores de papers y demás opinólogos de poca monta, no pierden la oportunidad de salir en la tele para informarnos sobre el día en que el mundo se dividirá entre un antes y un después de sus predicciones. En junio, el julio, en agosto o en septiembre, y si llegamos a septiembre con muertos por doquier, nos explicarán que ellos no se equivocaron, sino que las circunstancias cambiaron, pero que no nos preocupemos, esta vez su lámpara mágica nos entregará la fecha exacta, el 18 de octubre después de almuerzo, eso sí, dependiendo de la hora en que usted almuerce. Tienen explicación para todo, aunque aun no superan a Pellicer, eximio acólito de los Patricios.  

 

La inmunidad de rebaño, si es que llega, llegará cuando llegue, ni antes ni después de ese día, y nadie lo puede asegurar ya que nadie lo sabe. Y no lo saben porque no saben como será el comportamiento de los imbéciles (yo me lo imagino) que no se vacunen, ni cuanto tiempo durará la inmunidad de la vacuna, ni saben si aparecerá la cepa paraguaya, congoleña o guatemalteca. Ni siquiera saben si la vacuna es un poco mas que decente. No saben nada, pero tienen cara para todo.

 

Esto no se solucionará jamás con cuarentenas a lo bestia como desean los totalitarios de izquierda, ni con inmunidades de rebaño a lo bestia como desean los totalitarios de derecha, ni con inmunidades de rebaño provocadas por un brebaje chino que vale callampa

 

Entonces, ¿Cómo se puede solucionar este entuerto, o al menos disminuir sus consecuencias? Pues con la receta de toda la vida, con gente inteligente y decente que procura actuar de manera inteligente y decente. Con cuidado por uno mismo y por los demás. Con prudencia y templanza al momento de tomar decisiones, de tal manera que, si nos enfermamos y enfermamos a otros, que sea por motivos que están fuera de nuestro control y no por comportamientos barbáricos.

 

Se soluciona con un gobierno que viva y deje vivir a la gente decente, que arrase con los imbéciles y los meta en la cárcel. Que no divida las actividades entre esenciales y no esenciales, emulando al compañero Stalin y sus secuaces, sino entre aquellas que pueden desempeñarse desde la casa y las que deben ser presenciales, acatando las medidas sanitarias del caso.  

 

Es decir, como se trata de contar con gente inteligente, una vacuna eficaz y un gobierno normal, espérense sentados, la inmunidad de rebaño llegará el día del.... Amen.