TROTE MAÑANERO

El gobierno del Administrador Provisional de Palacio recurrió al Tribunal Constitucional por el tercer retiro de los fondos de pensiones, al mismo tiempo que mantiene la cuarentena y la prohibición de funcionar a todo aquel que considera no esencial, sin contar que permite todo tipo de estropicios y atentados cada vez que los jóvenes idealistas e indígenas con celular salen a las calles y los campos, iracundos, a quemar y destruir todo a su paso y, por lo tanto, a causar daños a la propiedad. Y por supuesto, continúan cobrando todos los impuestos. No puede ser.

 

Si la poblada no fuera cobarde, artera y oportunista, saldría a las calles a terminar con este abuso, tal como salen a las calles con el fin de “pedir moneas” y exigir nuevas constituciones, aunque aún no han certificado que entienden lo que leen. No lo harán, ya que reciben bonos supuestamente solidarios y ayudas diversas, cuyo único requisito es ser pobre según los datos que posee el Estado Cafiche. Platita fácil sin devolución, que de momento los exime de trabajar. Los “ricos” que se jodan.

 

Insisto en que el gobierno no puede continuar acometiendo salvajadas, como cerrar empresas a su antojo, sin indemnizar debidamente a sus propietarios. Tampoco puede continuar impunemente con el cobro de impuestos a quienes perjudica con sus totalitarias medidas que aplica al voleo. No debe mantenernos encerrados en nuestras guaridas a rajatabla. Tampoco debe insistir en extravagancias como trotar a las seis de la mañana. Ni debe continuar con su escandaloso empeño en evitar los retiros mientras mantiene a la gente encerrada y con la tía Katherine cerrando boliches para la tele.

 

Este despropósito solo puede ser posible en países donde el populacho bárbaro no comprende en que consiste la libertad de las personas, el derecho de propiedad, las limitaciones que debe tener el Estado, y los castigos a quienes no cumplen con normas mínimas de convivencia, en este caso, a quienes no cumplen las medidas sanitarias necesarias para que podamos regresar a una relativa normalidad que nos permita continuar con nuestras vidas sin infectar al prójimo y sin arruinarnos.

 

Nuestro desquiciado presidente insiste en hacer como que gobierna, a pesar de su menesteroso 10% o poco más de aprobación. Continúa ahuyentando a los votantes con sus abusivas medidas, mientras nos preparamos para una posible debacle en la próxima elección de sabiondos que redactará la próxima constitución, que será escrita con lápices de colores, mostacilla brillante, corazoncitos y buenas intenciones, bajo la atenta mirada del Partido Comunista, que repletará las calles con su historia destructiva que amenazará, incluso de muerte, a los constituyentes que no estén en sintonía con su proyecto marxista para Barbarilandia.

 

Son los costos que debemos pagar por mantener en el poder a un grupo de gente que no conecta con la realidad, y que hace como que gobierna con la hoja de cálculo del jefe y las estrafalarias medidas de su comité creativo. Es un desastre.