EL SUEÑO QUE TODOS QUEREMOS

Hoy se dio el piedrazo inicial a la Fiesta de la Democracia. Al parecer hubo manifestaciones pacíficas, en un entorno de algarabía ciudadana. Los cabecillas de la Convención para un nuevo Chile no pueden sorprender. Ella, la jefa, es mujer, aborigen, zurdita y trabaja en la USACH, alma mater del piedrazo y las molotov ¿Qué más podemos pedir? Me imagino que debe ser una escribidora de papers que demuestran sus prejuicios e intereses, algo así como que los indígenas son los buenos y las forestales las malas. Nos robaron el agua… En fin… Eso fue lo que eligió la gallá.

 

La secundará un abogado del Frente Amplio o algo por el estilo. No hay mayores antecedentes. O al menos yo no los conozco. Sí sabemos que al parecer ninguno ha “emprendido” como se dice ahora a las personas que pretenden ser empresarios, no habrán pagado nunca un IVA, ni contratado a algún empleado. Mucho papeleo y pocas nueces. Sueñan con cosas que nunca han visto. Con un mundo para los demás. Con ordenar el cosmos de acuerdo con teorías, fantasías y brotes oníricos.

 

Desde mañana en la mañana, el delirio se apoderará del país. Sí, mas que ahora. Las geniales ideas brotarán de imaginativas cabezas. Nuevas normas económicas. Nuevos procesos educativos. Nuevas creaciones populares. “Ideas fuerza” emanadas sin contemplaciones, colmadas de resentimiento y venganza, propias de personas desbordadas por un poder que no son capaces de administrar coherentemente.

 

Afuera, hordas de activistas enervados por la agitación que les produce la revolución que soñaron y hoy se hace realidad, chillarán y brincarán descontroladamente bajo la atenta mirada del PC. Las muchachas de los pañuelos morados, verdes y rojos los acompañarán venteando sus caídos pechos al ritmo de batucadas e incivilizados espectáculos callejeros ajenos a cualquier intento de pulcritud. Será Barbarilandia demostrando su valía. De ahí saldrá el Nuevo Chile.

 

Será por estas evidentes razones que ningún país exitoso en la historia ha sido modelado y dirigido por el pueblo, esa masa que aglutina de todo un poco, que las emprende contra la razón, la realidad y un pasado que les molesta porque evidenciar lo que han sido ellos y sus ancestros. Los países deben ser dirigidos por poca gente buena, capaz, entendida en aquellas pocas cosas que diferencian la civilización de la barbarie, con un nivel ético sobresaliente. Cuando esta gente destinada a dirigir falla, como falló en Chile, la masa se abre paso de mala manera, hasta que alguien, bueno o malo, pone orden al caos. Y en eso estamos, recién comenzando.

 

¿Existirá en la Convención Constituyente un grupo sustantivo de gente decente, inteligente, realista, que tome el control de la masa y la dirija por el único camino posible a estas alturas del Siglo XXI? De ellos dependemos, si es que existen. Sin una nueva dirigencia que reemplace a quienes nos llevaron a este desastre, no hay posibilidad de desarrollo. Sin sensatez, la masa nos entregará a las peores manos, como lo ha hecho siempre en la historia de la humanidad.