JUZGANDO INTENCIONES

Creo que el asunto es como sigue: Los convencionales, tan hábiles ellos y tan chilenitos tambien, encontraron una manera de trasgredir la constitución mediante un ingenio legal inconstitucional, aunque aprobado por amplia mayoría. Se pronunciaron sobre algo que no veo la necesidad de pronunciarse. Se aprobarán los artículos de la constitución de la felicidad por 2/3, tal como estaba previsto, sin embargo, se esto aprobó por mayoría simple, algo que no entiendo. Digamos que entiendo que es una trampa, aunque no se quien gana y que gana, y quien pierde y que pierde con el ingenio ilegal.

 

La exderecha estuvo de acuerdo en transgredir la legalidad, según entiendo, esperanzada con el supuesto respeto a los 2/3. Al mismo tiempo, el pelado tramposo (el Atria, no el otro) tambien está de acuerdo con la medida, lo que me da mala espina. Tengo la impresión de que les pasaron gato por liebre a los exderechistas (una vez más). Me explico.

 

Atria ha dicho desde un inicio que los artículos se aprobarán, efectivamente, por 2/3, ¡pero!, aquellos que no logren la cifra mágica no se incluirán en la nueva constitución de la leche y la miel. Y ahí esta la trampa. Por ejemplo:

 

¿El Banco Central autónomo no logra 2/3?: No se incluye en la constitución. ¿El derecho de propiedad y su pago total “al chin-chin” y a precio de mercado en caso de expropiación no logra 2/3?: Tampoco se incluye en la nueva constitución ¿El derecho preferente de educar a los hijos le corresponde a los padres no logra los 2/3?: Tampoco se incluye. Y así. Es lo Atria define como “constitución mínima”. Así las cosas, lo que no queda dentro de la constitución puede ser legislado de cualquier manera por mayoría simple en el nuevo congreso que seguramente será unicameral.

 

Veremos que sucede con esto y con todo lo que vendrá. Yo creo que al final esta gentuza no respetará ningún acuerdo, que harán lo que les de la gana, y de no aprobarse la constitución tramposa en el plebiscito de salida, crearán un nuevo ingenio ilegal (ya lo deben estar madurando, si es que no estará redactado) para que sea aprobada por las buenas o por las malas, nos guste o no, con voz del pueblo incluida o sin ella. En Chile sí pasan esas cosas.