15 DÍAS PARA EL FIN

Como sabemos, el gobierno del Administrador Provisional de Palacio, en un acto de valentía y decisión sin parangón en la historia reciente, decretó estado de emergencia en la “macrozona sur” (me encanta el nombre). Obviamente los entusiastas no-terrorista continuaron incendiando sin pudor, tomando propiedades, robando, amenazando, asesinando, extorsionando, descuartizando, degollando, practicando extracciones dentales utilizando alicates, diluyendo cadáveres en ácido, lanzando restos a los ríos, enterrando víctimas de la revolución al despoblado y, traficando. Como siempre. Aunque es solo un detalle de importancia marginal. Lo realmente importante y destacable es que Sebastián y sus paniaguados, el Galli, el Delgado y el Bellolio salieron en la foto, y que vivimos en democracia. Tal vez los portadores de la verdad y el derecho a la reivindicación aún no se han enterado por la prensa sobre el estado de emergencia. Deberían publicarlo en idioma indio.

 

Pero esto no ha quedado en nada como algunos hombres de poca fe anunciaban, no señores, esta conspicua decisión que trascenderá a este gobierno, colocándolo en los anales de la historia patria, sigue adelante. El Delgado anunció que el gobierno estudia prolongar el estado de emergencia por otros 15 días, ya que la gente de la zona, según nos informan, se siente más tranquila. Je…je…je… https://www.emol.com/noticias/Nacional/2021/10/22/1036197/proxima-semana-evaluara-estado-excepcion.html

 

El Delgado, sin miedo al ridículo, acometió contra la ignominia expresando con decidida y hábil verborrea: "no nos vamos a dejar amedrentar por estas situaciones", refiriéndose a la última gracia de los jóvenes y autóctonos combatientes. Con 15 días mas de estado de emergencia seguro terminan con la revolución. Todo un récord mundial de eficacia combativa.  

 

El gobierno de Sebastián pretende disolver a la guerrilla, atemorizando a miembros, ayudistas, cómplices y organizadores, a punta de querellas en contra de quienes resulten responsables; decretando estados de emergencia de 15 días prorrogables, eso sí, dependiendo del miedo de los vecinos de la “macrozona”; espetando diatribas en contra de la violencia, por supuesto aclarando que “venga de donde venga”, y llamando a diálogos entre hombres de buena voluntad y recta observancia de los diez mandamientos, los mismos que Moisés recibía de nuestro señor, mientras su tribu veneraba a un falso ídolo en medio de la feroz bacanal. Ya vemos que el populacho bárbaro se perpetúa en el tiempo.

 

Unidades militares aplanan caminos de tierra; helicópteros sobrevuelan la “macrozona sur” (no puedo evitarlo, encuentro genial el nombre, como que le da estilo a la revolución); carabineros arrancan con dignidad y prestancia cada vez que intuyen una emboscada, o el griterío de alguna escandalosa machi media loca disfrazada y emplumada. No me he percatado si en lugar de los hechos colaboran las mujeres piluchas de pañuelos rojos, negros, morados verdes y naranjas atados al guargüero. Creo que cada uno de ellos representa un negocio distinto.

 

Será legendaria la iniciativa de gobierno de extender por 15 días el estado de emergencia con el que derrotarán el crimen, terminando con las actividades económicas de loncos, machis, compañeros, camaradas, comandantes, combatientes y jóvenes altruistas entregados a la gloriosa iniciativa de crear un nuevo mundo sin los vicios del hombre blanco heteropatriarcal, capitalista y occidental.