LUPANAR CON VISTA AL MAR

El Delgado, la mascota de Sebastián, visitó la “Macrozona Norte”. Se entrevistó con la madre y la viuda del camionero que los hermanos venezolanos tiraron la vacío. Tal vez les ofreció el pésame y les anunció que nada justifica lo que sucedió, menos aun se justifica tomar medidas en contra de quienes resulten responsables (pregúntenle al señor de Plaza Italia y el destino de su escopeta de juguete). El verdadero objetivo de Delgado y Sebastián es que un chileno no mate a un sicario venezolano, viceversa da un poco lo mismo.

 

Luego les vendió la pescada a los colegas del finado. Ofreció mas pacos, más motos, mas radiopatrullas, helicópteros, querellas, estados de emergencia, una nueva ley de extranjería y lo que haga falta para aguatar hasta marzo. Luego que se vayan a la chucha la madre, la mina y los colegas del camionero que pudo medir la altura entre el puente y el suelo.

 

Ya llegará la hora de Gabriel, la Izkia, sus mesas de dialogo y el nuevo Chile que abrirá puertas, ventanas y piernas a todo aquel que no tenga donde caerse muerto o haya sido liberado de una prisión venezolana ¡Bah, es cierto, eso ya está pasando! Digamos que entonces se trata de una política de Estado.

 

Mientras el espectáculo continúa, miles de delincuentes, pobres de solemnidad, pordioseros y desarrapados (descontemos a la gente normal que viene a trabajar… si encuentran donde), mas entran que salen de Barbarilandia, y lo mas hilarante de todo es que se “autodenuncian” en la comisaría ¡¡Leguee!! ¡¡Huichipirichiii!! ¿Dónde pido mi bono, jefe?

 

Cada día la población nacional aumenta en miles de pobres ¡Decenas, cientos de miles en unos meses más! ¡Luego serán millones! Viven y duermen en calles y albergues. Roban comida como el Oso Yogui. Toman viviendas. Los afortunados pueden encontrar algún trabajo diario o a lo sumo por el sueldo mínimo. La miseria, el hacinamiento, la delincuencia y el caos social se acrecientan día a día. La olla a presión que llenaron hasta el tope Bachelet, Piñera, la prensa seria, ONG buenistas y los Jesuitas, puede explotar en cualquier momento.

 

Y lo que es peor, las pobres aves de este lupanar con vista al mar piden que no lleguen mas ilegales. Je…je…je… Pronto llegarán todos legales, y el que no será legalizado (como ahora) y serán los mismos delincuentes y pobres con un papel que les permitirá ingresar y pedir beneficios sociales ¡Es lo mismo, giles!

 

¡Barbarilandia ya no da más! Y como siempre sucede, parece no importarle a nadie ¡Que le explote al que venga después de mí!, dicen todos.