GENTE EN ESTADO DE DESESPERACIÓN

Vamos bien, mañana mejor. El estado de excepción en la denominada macrozona sur, no se renovará cada quince días como hasta ahora. Era mucho hueveo. Se renovará cada sesenta días ¿Qué tal? El combate contra el no-terrorismo avanza a pasos agigantados. Esto me recuerda ese dicho sobre el largo brazo de la ley y aquel otro que nos advierte que el crimen no paga. Ricardo I, el amado por los empresarios, nos diría que las instituciones funcionan.

 

Considero probable que los no-terrorista, atemorizados al observar como el cerco tiende a cerrarse en torno a ellos, ya estén solicitando asilo en las embajadas clásicas para estos efectos, la cubana y la vaticana, eternos asesores materiales y espirituales de todo aquel que decida tomar las armas en nombre de algún “colectivo” que seguramente nunca se los ha pedido.

 

Mis informantes en palacio, me han asegurado que policías y militares serán aperados con rifles a postones respetuosos de los derechos humanos, los que será apuntados en 45º con la idea de evitar daños oculares; bicicletas mountainbike diseñadas para saltar barricadas y árboles tirados en el camino y, eco cascos ecológicos fabricados con material reciclado ¡Cuidado cabritos, para allá vamos!, y si no nos resulta en sesenta días, será durante los siguientes sesenta, o los siguientes, o los siguientes ¡Tiriten!

 

De todas maneras, ha de entenderse que el estado de excepción de 60 días renovables según las encuestas será acotado, o como diría un woke buenista, será un estado de emergencia en situación de acotado, con un uso de la fuerza en situación de proporcionalidad, es decir, cuidadito con pasarse de la raya, que líos no queremos.

 

Nada de comandos junglas, balas de verdad, ni detenciones indeseables, más aún si estas perjudican la investigación de las querellas contra quienes resulten responsables. No se grata de poner en aprietos a la fiscalía ni a los compañeros jueces de garantía. Las instituciones deben funcionar a su ritmo, sin apuros y complicaciones excesivas. Queremos una fiscalía en situación de tranquilidad.

 

Quienes participarán en el espectáculo y apoyarán con entusiasmo esta genial idea del gobierno, que obviamente tiene como fin último sacar la discusión de las portadas de la prensa al menos durante sesenta días corridos, es la ex derecha, siempre dispuesta a hacer el ridículo, a inspirar pena y hasta un poquito de asco.

 

Yo no digo que el diálogo constructivo y el análisis sustantivo de los objetivos logrados durante el período en situación de estado de emergencia (¿cómo estuvo la frasecita, ah?) deba ser analizado cada quince o sesenta días, lo que digo es que ya va siendo hora de que se dejen de huevear, que terminen con la burla y que protejan esa pobre gente de una buena vez.

 

Para esto necesitamos políticos de verdad, policías y militares de verdad, jueces y fiscales de verdad, periodistas de verdad y balas de verdad puestas donde de verdad deben ir puestas, que no es precisamente en algún lugar del cielo disparando a 45º.