UNA BUENA IDEA

Me imagino que una vez regresando del sudeste asiático, chupe de pulpos y escorpiones mediante, el compañero Merluzo reiniciará sus gestos a la galería, sus viajes en bicicleta, sus anuncios de buenas intenciones y alguna que otra novedad. Las encuestas no aguantan más de quince días sin alguna buena nueva para el personal.  

 

Lamentablemente, Barbarilandia no asistió al mundial futbol, por lo que nuestro engullidor de bicharracos no podrá subirse al carro de los buenos, criticando a mansalva y sobreseguro al gobierno catarí por ser como es. La chela con el fulano de Canadá ya se la tomó, e insistir en el hecho podría causarle más problemas que beneficios. Solo falta que la ultraderecha pretenda dar a entender que nuestro gran timonel es un borrachín de poca monta. Es más, no creo que el alcohol sea compatible con los medicamentos que lo mantienen a flote.

 

Sobre la delincuencia será mejor no anunciar nada porque la gallá no lo tomará en serio. No es una carta ganadora. El indigenismo ya lo tiene jugado con la mesa de dialogo (¿es de diálogo, o como era el asunto?) Bueno, como sea, eso de los indios ya es noticia vieja.

 

Su perro y el gato de la iñora ya no calientan a nadie, mas aun si la Irina ha dejado su cargo de primera mina de palacio ¿Será que murió la flor? Tal vez una cacatúa que diga “ultraderecha”, “ultraderecha”, mientras pela un maní y se caga en su hombro puede causar algún grado de impacto durante un par de semanas, siempre que los matinales así lo consideren. La venia del Julito y la Monse continúa siendo un tema a considerar en nuestro diálogo social. No deben descartarlo.

 

Sería infalible un bono navidad-año nuevo antes del Black Friday del próximo viernes, aunque el horno no parece estar para bollos después del ninguneo sufrido por el instituto de derechos humanos de algunos, el museo de la memoria selectiva, y las explicaciones con la que intentarán entusiasmar al respetable público, para justificar el presupuesto de la celebración de los cincuenta años del golpe, en plena recesión. Como si la plata sobrara y las señoras juanitas no tuvieran ya suficiente con el precio del aceite, el pan y otras minucias.

 

Eso de los degollados, los quemados, los fusilados, los desaparecidos y los torturados ya es tan viejo, que me atrevo a dudar si algún menor de treinta años sabe a que se refieren. No creo que sea muy conveniente continuar por ese camino. Si hasta Frei y Jiménez han dejado descansar en paz a sus padres por falta de interés entre el respetable.

 

¿Qué nos queda por explotar? A veces pienso que todo está perdido, los chistes son fomes, todas las historias parecen repetirse más de la cuenta, y eso de las víctimas del heteropatriarcado y sus pañuelos de colores de tan grotesco ya no es bienvenido ¿Qué nos queda?

 

Yo me la jugaría por un pesebre navideño con perspectiva de género y racial, entre otras perspectivas y mucho más. La Plaza de la Dignidad podría acogerlo ¡Que digo!, pensemos en grande, que para estos fines plata hay. Uno en cada ciudad de mas de cien mil habitantes. Eso sí, ni vacas, ni burros, ni cerdos, ya que entre peo y peo hacen subir la temperatura de la tierra. Tal vez algún ornitorrinco; una osa panda; un koala y una jirafa que se auto perciba delfín.

 

José podría ser un trabajador del cobre, con casco y linterna incluido; María una trabajadora de casa particular, de preferencia peruana; ambos rodeando y sacándose una selfie amorosamente junto a nuestro señor, o señora, ya que no sabemos cómo se sentirá al nacer. De cualquier modo, María podría despachar a José y reemplazarlo por alguna figura paterna algo más disruptiva, algo así como un chino no binario.

 

Sobre los Reyes Magos, Baltazar es el único que pasa la prueba de la blancura, si se me permite la expresión, ya que desde tiempos inmemoriales ha sido representado como negro. En lugar de mirra podría regalar una suscripción a Netflix y Disney Chanel, de tal manera de asegurarnos de que el niño crezca sano de mente. Bendito él.

 

A Melchor, el rey mago blanco, al menos lo hacemos travesti, y en lugar de oro puede llevar una billetera con bitcoins, aunque el precio se esté tambaleando como loro en un alambre. Gaspar, desde luego, será representado por un indio, y en lugar de incienso traerá marihuana con denominación de origen Temucuicui.  

 

Eso sí, nada de Herodes ni cosas por el etilo, ya que no queremos problemas con los derechos humanos, miren que las cosas no están para juegos.

 

A grandes problemas, grandes soluciones ¿Qué sabor tendrán los escorpiones?