MADE IN CHILE

Dejemos las llamas por un momento y centrémonos en lo que será el gran acontecimiento nacional de 2023, una nueva fiesta de la democracia que nos conducirá a la tan ansiada nueva constitución que eliminará todos nuestros problemas nacionales, como por ejemplo, la flojera, la improvisación, la sinvergüenzura, la estupidez, la envidia, el arribismo, el abajismo, la hipocresía, la aversión al trabajo y el ahorro, y nuestra cultura que asume como pecados veniales el hurto y la mentira ¿Será que esta vez sí crearemos el esquivo hombre nuevo?

 

Como ya saben, a mi no me interesa cambiar la constitución, sin embargo, es un paso obligado luego de haber entregado a la izquierda, y sin remordimiento alguno, esa cosa que han denominado “batalla cultural”. Una vez que todo el mundo o casi todo el mundo ha comprado el discurso del otro, no que da mas que hacer lo que dice el otro.  

 

No habrá plebiscito de entrada. Los señores políticos no podían arriesgar un rechazo a su genial idea, por lo tanto, la fiesta de la democracia se saltará el primer baile. Aparentemente a nadie le interesa conocer que quiere el pueblo. Franco lo llamó “democracia orgánica”, y Pinochet lo bautizó como “democracia protegida”. Está bien tener democracia, pero no tanta democracia, habrán opinado los que mandan en Barbarilandia. Este proceso es un gran homenaje de nuestra mala clase política a dos grandes generales.  

 

Pues bien, el primer baile será con las feas y los feos, elegiremos a los expertos, capos, académicos, o no sabemos hasta que nivel habrán llegado los empleados de los que mandan en Chile y que pondrán su firma en el papelito que redactarán. Nuestro deber es participar y elegir a quienes nos de la gana, aunque les aviso desde ya que, si el contenido de la nueva constitución se aprueba por 4/7, su redacción quedará en manos de Chile Vamos y la ex Concertación (de eso se trató la rebaja del quorum), algo que después de lo visto en el circo anterior, no es mala idea.

 

El escenario de la nueva convención, o como sea que bauticen el asunto esta vez, será distinto. No habrá gente disfrazada de dibujos animados, ni viejas disfrazadas de indias, ni energúmenos disfrazados de su propio personaje, ni niños símbolos del buenismo nacional, ni “gente como uno”, es decir (mejor no digo lo que pienso). No los habrá o al menos serán una clara minoría, los señores políticos no puede crear un zoológico de gente rara y al mismo tiempo pedir que el respetable público apruebe el contenido de la nueva constitución. Es lo uno o lo otro, y la lección ya esta aprendida.

 

En consecuencia, la nueva constitución será aprobada, y lo será por dos motivos: El personal ya no quiere más guerra, y la lesera esta será redactada con solemnidad, es decir, a la chilena, o sea, aunque esté mal hecha, no importa, parecerá estar bien hecha ¡Y listo!

 

Tendremos una nueva constitución que muy probablemente será peor a la actual y mejor que la propuesta por el circo de locos, es decir, tendremos una constitución reguleque, muy a tono con lo que somos como país. Es lo que nos corresponde ya que no supinos ser mejor que esto.

 

Si sucede de esta manera, se cumplirá lo que comencé a predicar en el Blog de don Hermógenes hace mas de una década, y que me llevó a comenzar este Blog, regresaremos a ser lo que siempre fuimos, porque somos eso y nada más. No podría ser de otra manera. La pobreza es cultural amigos míos, estamos presos de nuestros vicios, y eso no se cambia en solo un par de siglos, tal vez no se cambia nunca jamás.