MALDAD A SECAS

La inmigración ilegal y descontrolada tendrá consecuencias nefastas de todo tipo durante muchos años, tantos años como para siempre: https://www.eldesconcierto.cl/nacional/2023/02/28/ocupacion-alameda-providencia-derivan-a-mas-de-125-menores-de-edad-a-entidades-estatales.html

 

Solo desde el mes de agosto pasado, y nada más que desde el eje Alameda-Providencia, más de 125 menores de edad han sido ingresados a “entidades estatales”. Supongo que las “entidades estatales” a las que eufemísticamente se refiere la notica, es el Sename -¿qué otro lugar podría ser?-, hoy rebautizado impúdica y grotescamente como “Mejor Niñez” (¿Será posible una maldad más grande que este siniestro rebautizo?).

 

Ustedes saben: El Transantiago ahora es RED, el Sename ahora es “Mejor Niñez”, y el día en que terminen con las Isapres y colapse Fonasa, le cambiarán el nombre, el logo y los colores ¿Les parece AACAQMN? (Atención amorosa y cordial a quienes más lo necesitan). Esto es maldad en esta puro.

 

¿Qué dicen ahora, señores buenistas? ¿Qué dicen ahora, señores jesuitas? ¿Qué dicen ahora, señores periodistas? Cientos, sino miles de niños, serán sometidos a las mas inhumanas condiciones conocidas por todos los chilenos, en un intento de “solucionar” un problema que jamás debió existir y que como sabemos, ellos mismos causaron.

 

Pero eso no es todo ¿Qué harán, señores políticos, con los siguientes niños que habitarán en las siguientes carpas, que instalarán los siguientes inmigrantes ilegales en el eje Alameda-Providencia? Porque la miseria abunda, la inmigración continúa y la desgracia campea. Estos inmigrantes no son quienes arrancaron del inicio del comunismo como los que llegaron a Chile hace cinco o más años, sino quienes huyen desesperadamente de sus consecuencias, como el hambre, la corrupción total y la falta de esperanzas. ¿Así que “recobramos la democracia” y ahora se respetan los derechos humanos? ¡Ja!

 

Esto me hace recordar la figura santificada de “San” Alberto Hurtado levantando niños pobres y hambrientos en una camioneta verde ¡Pero si es lo mismo! (Hoy sería argumento para un capítulo de “Criminal Minds”). No quiero escribir lo que estoy pensando, porque puedo equivocarme y todo pudo haber sido aún peor. Es que, ¿saben lo que me pasa?, después de pasados los cincuenta, el buenismo me pone muy, muy, muy nervioso, y la historia siempre tiende a repetirse. La maldad no se extingue nunca y la hipocresía que la oculta tampoco.