EXPERTOS

La desgracia más grande en la actualidad son los expertos. Claro que no cualquier fulano es un experto en algo. No basta con que usted tenga un “cartón” y se transforma automáticamente en un experto. Noooo, no es tan fácil. No funciona así.

 

Una vez que el fulano se titula en alguna universidad, sólo puede llamarse profesional en algo, lo que no significa que sepa de algo. El fulano profesional con ansias de ser experto necesita contar con tres condiciones Uno: Contar con “redes”, es decir, con tráfico de influencias. Dos: Renunciar a su profesión, es decir, venderse a alguien. Tres: Saber mentir sin que se note demasiado (esto se obtiene con la practica).

 

Una vez que el fulano aspirante a experto en algo logra enredarse en esas redes y se vende sin mayores cuestionamientos, ya puede ofrecerse públicamente como experto, un experto que debe escribir cosas en papeles y decir cosas en medios de comunicación, todas ellas, por supuesto, deben coincidir con el deseo de sus amos que le permitieron enredarse en las redes del poder.

 

Por ejemplo, los expertos que redactan los “bordes” de la nueva constitución están redactando bordes por ser expertos en bordes, y expertos en chuparle la diuca a quienes los colocaron a redactar bordes. Ambas condiciones son copulativas.

 

Cada experto debe su condición de experto a su amo. Le tenemos a la dama y al varón todo tipo de expertos. Creo que algunos están a mil la pila, otros a dos por mil. Le tenemos el experto DC, el experto RN, el experto PC, el experto FA, y así sucesivamente todo tipo de expertos, cada uno de ellos tiene una respuesta diferente para la misma pregunta, ya que las conclusiones del experto dependen de a que amo sirve.

 

También le tenemos a la dama y al varón otros tipos de expertos, por ejemplo, los expertos de matinales. Aquí la ganadería es múltiple. Por ejemplo, le tenemos a los  expertos en clima que nos anuncian que este año debiera llover más que nunca si el niño se las trae, y menos de lo esperado si el niño está taimado. También le tenemos al experto en temblores, todos ellos anuncian que algún día habrá un gran terremoto en el norte de Chile, otro en la zona centro y otro en la zona sur, solo debemos esperar ¿Cómo sabremos que la predicción fue cierta? Pues cuando la casa se le mueva, quiere decir dos cosas, Una: Que el experto contó con ayuda del pulento Dos: Que al día siguiente lo verá en el matinal como centro de mesa.

 

Lo expertos en encuestas tiene el mejor de los negocios, estos anuncian los posibles resultados de la próxima elección, para luego volver a cobrar explicando las razones por las que la elección no contó con los resultados previstos. Nunca es culpa del experto, por supuesto, es culpa de los electores que, o no saben lo que votan, o no contestan la verdad de lo que pretenden votar.

 

Los expertos nutricionales se dividen entre quienes recomiendan comer huevo y los que no lo recomiendan; aquellos que sugieren beber un pencazo de vino al día y los que no lo recomiendan; los que fomentan el uso de la mantequilla, otros la margarina, otros el pan pelado y otros proponen evitar todo tipo de pan, sea este con mantequilla, con margarina o pelado. Yo a estos últimos no les hago caso y como pan con lo que pillo en el refrigerador.

 

Estos mismos expertos nos recomiendan la dieta mediterránea; la vegetariana; la vegana, que vendría siendo algo parecido a la anterior, pero tipo talibán; la dieta de la Nasa, la Grez, la del lagarto y la de la luna. Existen tantas dietas como expertos recomendándolas.

 

Y eso no es todo, la dama y el varón saben que la oferta es interminable. Le tenemos a las agrupaciones de expertos financiadas por los contribuyentes, a estas las llaman ONG. Le tenemos a las ONG expertas en cambio climático; en indio; en negros; en lesbianas, homosexuales y travestis; en temperatura de mares o océanos; en multiculturalismo; en políticas públicas con perspectivas varias; en derechos humanos, perrunos y gatunos, y en todo lo que la dama y el varón necesiten.  

 

Le tenemos también a los expertos representantes y/o pertenecientes a agrupaciones, colectivos, comunidades y apelotonamientos de gentes varias. Todos estos expertos que representan a toda esta gente apiñada en torno a alguna excusa defienden la continuidad y el financiamiento de dichos “colectivos”. Aquí le podemos distinguir a la dama y el varón las agrupaciones de los sin casa; los sin casa con vista al mar; los sin agua; los sin plata y los con patas y el buche. 

En Barbarilandia existen expertos de todo tipo, para toda ocasión y para lo que haga falta. No tendremos paz social, ni crecimiento económico, ni atenderán oportunamente en los hospitales, ni meterán a los malos a presión, ni condenarán a los políticos ladrones, ni nada por el estilo. Lo que sí tenemos de sobra son expertos que comentan todas estas cosas y muchas más.

 

Y después dicen que los chilenos no somos capos.