PRESIDENTES VENEZOLANOS IMAGINARIOS

Nicolás Maduro, el legítimo presidente de Venezuela, puso las cosas en su lugar, asumió el cargo por otros seis años luego de ganar la pasada elección.

 

Y no, no estoy hueveando, lo digo en serio. Maduro ganó aparentemente con trampa, y claramente con la complicidad de la oposición venezolana que participó del jueguito llamado "fiesta de la democracia" validando el fraude que ahora denuncian, y del que estaban al tanto cuando decidieron participar del grotesco espectáculo. 

 

Si ustedes revisan la historia venezolana desde que Hugo Chávez llega al poder, podrán comprobar que la supuesta oposición al régimen comunista ha sido cómplice de todas las tropelías llevadas a cabo por el gobierno co-mu-nis-ta; no como gustan decir los supuestos opositores, “la narco dictadura de Maduro”. No señores, nada de narco dictadura, no confundan al personal, miserables cucarachas democráticas, el problema de Venezuela es el co-mu-nis-mo, no la tráfico de drogas que sucede en todos lados.

 

Y si ustedes además revisan las declaraciones de toda la patulea infecta de gobernantes supuestamente democráticos del continente respecto de la situación venezolana, podrán comprobar que antes de abrir la boca, cada uno de ellos ya dijo media docena de veces que es un demócrata y que todo cambio debe ser pacifico porque… ellos son unos demócratas.

 

El problema de Venezuela es de traición e hipocresía de los supuestos demócratas de dentro y de fuera del país. Nadie dice la verdad, esto es, que los comunistas deben estar prescritos en cualquier país democrático serio, y si no fuese así y llegan al poder, deben ser depuestos a tiros si fuese necesario, como sucedió aquel glorioso 11 de septiembre de 1973 en Chile, algo que los supuestos demócratas del barrio no quieren reconocer.

 

¡Ah!, y depuesto por los políticos y militares, no por gentes que salen a las calles azuzados por los cobardes políticos, para que mueran en nombre de una democracia imaginaria como sucedió en Venezuela. Que derroquen al dictador comunista quienes luego se harán del poder que los enriquecerá; es inmoral hacerlo mediante la sangre de la población que vive engañada por unos y otros.

 

Entonces, Nicolás Maduro es el presidente de Venezuela, y a quien le pique, que se rasque. Basta de frívolos y miserables falsos demócratas que no defienden la democracia, dedicados siempre a apoyar, festejar y promover desde lejitos a sucesivos presidentes venezolanos imaginarios.

 

P.D: Y todo este maloliente espectáculo es aprovechado por el Merluzo para quedar ante el populacho bárbaro como un demócrata y un moderado, aunque en realidad hace pocos meses apoyaba con entusiasmo una nueva constitución que nos llevaría sin lugar a dudas aun paraíso terrenal muy similar al que hoy regenta Nicolás Maduro.