LA PEREGRINACIÓN DE SEBASTIÁN.

Sebastián podría intentar con una peregrinación a Lo Vásquez. Todos a pata hacia Casablanca. El jefe delante de todos, un poco más atrás Felipe Kast y Ossandón pa´la foto; La Cecilia Pérez llevándole agua mineral al patrón; Monckeberg y su polola, la Paulina, abriéndole camino a su amo; Desbordes ahuyentando a los vendedores ambulantes y Chadwick dirigiendo el show, mientras escribe posibles respuestas ante posibles preguntas de la prensa, de tal forma de no continuar aumentando las piñericosas.

De todas maneras Piñera no aceptará el libreto que le escribirá su primo, y de tanto en tanto llamará a conferencia de prensa para animar la tarde. Lo veremos en Curacaví zampándose unos chilenitos en el ISSA, con harto manjar y merengue. Luego comprará unos duraznos en el pueblo para llevarle a la Cecilia, mientras nos recuerda que en ese pueblo nació Bernardo O´higgins. Un poco más allá, nos recordará que la viña Indómita fue bautizada así en honor al indómito pueblo araucano que luchó durante siglos contra la invasión peruana.

-Sebastián, ¿qué le pareció la caminata a Lo Vásquez?

-Bueno, déjeme que le diga una cosa, les quiero decir a todos los que me escuchan, que le envío un gran saludo al gran Paul Vásquez, el flaco. Y al indio, por supuesto.

-¿Qué le pidió a la Virgen, Sebastián?

-Bueno, déjeme que le diga una cosa, les quiero decir a todos los que me escuchan, que la Virgen fue amable, entusiasta, atenta; y tenía un bebé en sus brazos, rosadito, sanito, bonito.

-Pero Sebastián, díganos que le pidió a la Virgen

-Bueno, déjeme que le diga una cosa, les quiero decir a todos los que me escuchan que le pedí algo a la Virgen. Yo vengo de una familia de clase media, no heredé nada, todo lo que tengo lo he conseguido con trabajo, sacrificio, dedicación. Y déjeme que le diga una cosa, vamos a ganar en segunda vuelta, la Virgen me lo acaba de confirmar.

¡¿La Virgen se lo dijo?!

-Claro que sí. Y déjeme que le diga una cosa, les quiero decir a todos los que me escuchan, que la Virgen no se equivoca. Y déjeme que le diga otra cosa, la Virgen también me confirmó que efectivamente Abel mató a Adán.

¿Está seguro Sebastián?

-Claro que sí. Y déjeme que le diga una cosa, tal como decía mi padre en la sobremesa de nuestros almuerzos dominicales, a los que asistía don Eduardo Frei, don Patricio Aylwin y don Bernardo Leighton: “No hay peor ciego que el que no quiere escuchar”.