CONFIESO QUE HE VIVIDO.

El Colegio Médico está en manos comunistas. Su presidenta es una tal Izkia Siches, a la que solo basta oír hablar en lenguaje marxista para no querer atenderse con ella. Ya saben a que me refiero. Hoy me entero por la prensa, igual que doña Claudia, que esta activista de extrema izquierda insta al subsecretario de salud a renunciar para entregar una “señal de nobleza”. Da lo mismo si el tipo es culpable o inocente de los cargos inexistentes que le endosa el juicio por la prensa. Los comunistas, los más nobles…

El subsecretario está pedido, eso lo sabemos, ya que Sebastián leerá la próxima encuesta de opinión que se efectuará luego del vendaval comunicacional con el que atacan al subsecretario, y ¡zaz!, descubrirá que ha perdido apoyo en el respetable público. Era que no… Entonces Sebastián lo tirará a la basura.

Así estamos en Barbarilandia y no solo por estos lares, hemos vuelto a la edad media y las cazas de brujas e infieles que son obligados a confesar y arrepentirse instalados en una máquina que los estira como un chicle. Así han caído Villegas, Rojas, este subsecretario y pretenden hacer lo mismo con Patricia Maldonado y cualquier persona que no se ajuste a la verdad oficial. 

Muchos han pedido perdón público por actos del pasado, reales o imaginarios; verdaderos o falsos; ajustados a la verdad o manipulados, y todo para mantener su trabajo o el estatus que tanto les costó ganar, muchas veces de manera poco fina.

Hace un tiempo vi a Tomas Cox rendido ante la progresía que lo ajustició por opinar. Don Francisco pidió perdón durante esta semana por un supuesto caso de discriminación de hace ¡30 años! ¿Usted miró un poto de reojo? ¿Acaso hace 25 años usted sonrió con un chiste cochino, de gangosos o de judíos? Váyase derechito al gulag sin mirar para atrás.

¿Es usted un fascista, defiende el heteropatriarcado, piensa que Pinochet no es el cuco o le gustaría agarrarle una teta a Kate Upton? ¡Arrepiéntete pecador! ¡Vade retro Satanás! ¡Arderás en el infierno del neoliberalismo!

¿Acaso usted ha tenido pensamientos lascivos? ¿O se imaginó algo soez? ¡Ya se!, ¿usted fue el que dibujó un pico en el baño del colegio cuando cursó séptimo básico? ¡Horror!, es una incitación a la pedofilia. La izquierda se encargará de reeducarlos, de deconstruirlos, hasta que ni su misma madre que los parió los pueda reconocer.

Yo confieso que he pecado, que le he fallado a la revolución. Cursando tal vez tercero medio en el Instituto Nacional, junto a unos compañeros, nos deslizamos sigilosamente hacia una salas del módulo de en frente y lanzamos una bombitas hediondas que compramos para la ocasión. Eran una especie de ampollas color café, que volaron por una ventana, y las que no reventaron al caer las pisaría alguien. Luego nos arrancamos y nos fuimos a nuestra sala a observar nuestra artera acción. Los alumnos y la profesora arrancaban de la sala tapándose la cara. Je…je…je… Eran otros tiempos, donde un negro era un negro, un indio era un indio, un cola era un cola, una vieja fea era una vieja fea y aun se podía contar chistes donde aparecían un peruano, un argentino y un chileno, sin temor a ser tratado de xenófogo.

¿Y nosotros? Pues éramos unos cabros huevones que arriesgábamos la expulsión, pero nos daba más o menos lo mismo, sin que por eso fuéramos víctimas de ningún modelo, ni de la desigualdad ni ninguna basura moderna. Y no me arrepiento, y se pueden ir todos a la misma chucha.