APAGANDO INCENDIOS.

Sebastián anunció con fuegos de artificio, bombos y platillos, además de tres adjetivos, una inyección que asegura será de US$ 8.000 millones ¿Dónde colocará la inyección el gobierno del presidente de derecha que cambió: En La Araucanía, ex territorio nacional, hoy en manos de grupos terroristas amparados por la extrema izquierda.

La CPC considera la medida como “contundente, sólida y amplia” (tres adjetivos más). Los habitantes de la zona esperan su raspado de olla. El gobierno un alza en las encuestas. Aparentemente todos ganan, aunque son la señora Juanita y don paga Moya los que colocan sus impuestos para la repartija. Obviamente esto no terminará con los atentados en contra de las personas y su propiedad privada. Las revoluciones no se terminan con dinero, sino con la entrega del poder total.

Además, el ex gerente del Banco de Talca anunció el “reconocimiento constitucional”, de los mestizos descendientes en algún grado de indígenas que poblaron la zona antes de la llegada de la civilización, esto es, antes de tener wáter dentro de la casa y usar zapatos ¿Qué puede implicar esto? Pues con una buena interpretación de la reforma constitucional, cualquier cosa. En un país donde existen “ficciones jurídicas”; donde cualquiera puede ser acusado y destruido por declaraciones de alguien sobre lo que dice sucedió hace 30 años, y “la calle” dicta las normas de no convivencia, todo es posible.

Con la constitución no se juega. Desde el reconocimiento (¿qué será eso?) a las leyes especiales hay un paso, de ahí a la autonomía otro más, las clases de mapudungun en las escuelas será otro paso obvio, la enseñanza de una historia ad hoc para los intereses de los terroristas cae de cajón. Y de ahí a la independencia solo un empujoncito ¿No lo creen?, vean lo que pasó en Cataluña… Pero como eso pasaría cuando Sebastián ya esté bajo tierra, ni a él ni a sus mascotas les interesa. Que se jodan los que vengan. Amén.