FALTAN TRES DÍAS.

A medida que se acerca la conmemoración, celebración y festejo de la gesta heroica del “11”, y el merecido agradecimiento a quienes lo hicieron posible, no solo aparecen nuevas “pruebas” de lo malo que era quien ya saben, y lo bueno que era quien ya se imaginan. Además estamos obligados a presenciar entierros y desentierro, lloriqueos de viudas vueltas y a veces revueltas a casar, paseos de osamentas por los canales de televisión y declaraciones de expertos escribidores de papers que nos iluminan con su sapiencia de adivina buen adivinador.

Analistas dedicados al análisis ex post, esto es, una vez lanzados los dados, se preguntan ¿Era posible evitar el golpe? ¿Era demócrata Allende?, y demás divagaciones. Inevitablemente terminan en la conclusión para la que fueron contratados, o a la que prefieren llegar para demostrar su magnanimidad luego de pasado el peligro. ¡“Todos fueron culpables”! De esa manera exculpan a los que buscaron la guerra civil hasta encontrar algo mucho más liviano que eso. Estos especímenes vergonzosos comprenden el universo de la nueva derecha, los arrepentidos, los escandalizados y los no justifican ningún tipo de violencia “venga de donde venga”. Ellos no tienen problemas, en el peor de los casos se van al extranjero mientras que los demás nos quedamos viviendo en su mundo teórico.  

Pues bien. A mí que no vengan con cuentos. Ni con arrepentimientos. Ni con la verdad oficial de la historia que pretenden construir. Miren que yo sería cabro, pero lo viví. Y se leer y escribir ¿Y saben que más?, yo no veo lo malo que querer salvar la vida, la libertad y la propiedad, de las garras de quienes no son nadie para querer quitárnoslas.

Yo me quedo con las meditaciones de don “Pepe”: “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella, no me salvo yo”