CÓMPLICES DEL DELITO.

Según el populacho bárbaro, un grupo de flaites se han convertido en los salvadores de la patria. Gracias a ellos, los billetes y los derechos manarán desde la billetera de los ricos hasta la chauchera de los pobres. Ricos, en este caso, son todos aquellos que no son pobres y a quienes se les podrá esquilmar de acuerdo a la nueva constitución.

Pensar que el lumpen puede guiarnos por el camino de la riqueza es al menos ingenuo. Estúpido diría yo. Y demás estará decir que obtener parte del botín de esta manera es ser cómplice de un delito. Pero así estamos.

¿Cómo se puede confiar en gentuza como esta? No se puede ¿Usted confiaría en un político corrupto, en un empresario coludido, en alguien que no le paga la renta, en un empleado que le roba, en un conductor de matinal, en un vendedor a comisión, o en un periodista rojo? Obvio que no.

¿Entonces, como confiar en delincuentes, políticos que apoyan o toleran a los delincuentes y gente que apoya “la causa” que representan los delincuentes? No se puede. Pero la codicia es mas fuerte. La ignorancia mas fuerte aun. Y del resentimiento ni hablar.

No conozco caso alguno en la historia de la humanidad, en que cosas de este tipo no hayan terminado en el caos, la pobreza y muertos al por mayor. En Chile no solo pretenden reescribir la constitución, tambien la historia. Y la realidad.