CULTURA TELEVISIVA.

Ni siquiera el “movimiento social” que asoló Chile durante dos meses vociferando por “justas demandas sociales”, tuvo tanta prensa como el Coronavirus. Aquí, en este pinochetero hogar, la televisión pasa todo el día encendida. Lo único que escucho, porque evito mirar, son teleseries y Coronavirus. Gracias a Dios aun emiten teleseries, imagínense al límite que hemos llegado.

Me entero sobre la existencia de una loca de patio que ha matado a medio mundo en “Verdades Ocultas”. Otra loca se operó la cara dos veces, una para dejar de ser como era, y la segunda para volver a ser como antes ¡Y quedó igualita! Cosas de la televisión. En “Eres mi Vida”, Cevdet es un oficial turco infiltrado en el ejército griego, pero su amada Azize no lo sabe, por lo que lo considera un traidor. Imagínense como lo retan al pobre hombre, si las mujeres retan hasta los nos portamos bien, como yo, por supuesto. Además están repitiendo la teleserie de una enfermera que busca venganza. Una historia que no deja de ser un lugar común ¿Habrán mujeres que no busquen lo mismo al menos un par de veces en su vida? Ni les cuento… Y “Gemelas” está por terminar. No sé qué haremos si no la reemplazar por otro culebrón. Con solo tres teleseries al día el Coronavirus sería insoportable.

En Pasapalabra hemos visto ganar al Nico Gavilán un par de vez más. El tipo ya debe estar entre el 1% más rico de Chile. Que se cuide el Nico. Tiene demasiado dinero como para no pagar impuestos, y demasiado poco para coimear a un político. Está en tierra de nadie. Las noticias parecen el “Día de la Marmota”, todos los días son iguales, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos ¿Se enteraron que un león y un tigre contrajeron Coronavirus? No tengo información sobre elefantes ni monos de poto colorado. Seguramente el regente marxista de la OMS, y chupamedias-cómplice de la dictadura China, sabe menos que yo.  

Los ágiles de la prensa continúan con su oficio, tan bien descrito por el ministro de Salud. Nunca había visto tantas abuelitas, guagüitas, perritos, gatitos, viejitas, pobrecitos, negritos y niñitos afectados por el mismo problema. Solo el Coronavirus y los ágiles de la prensa han logrado la tan ansiada igualdad entre los chilenos. Será por eso que ahora nadie se queja, ver la desgracia ajena morigera la rabia por la propia.

Esto de no tener nada que hacer…