VACUNAS Y VACUNADOS.

No falta. La última lesera del día consiste en el sesudo análisis de expertos en la materia, señores políticos, compañeros de la prensa seria, buenistas y proclamadores de la verdad, sobre si deben vacunar o no a los inmigrantes ilegales. Obvio que los deben vacunar, y por dos razones. El virus no distingue ente legales e ilegales y, esos inmigrantes ilegales se quedarán en Chile contagiando. No creo que algún chileno medianamente razonable distinga entre ser contagiado por un aborigen de pura cepa, por un cónchale vale expulsado del paraíso, o por un haitiano de los que trajo la iñora. Deben vacunar a todo el que lo requiera; a todo lo que camine, repte o vuele, por el bien de todos.

 

Algunos alegan que es distinto permitir lo que llaman el “turismo de vacuna”. Je…je…je… Pero si tenemos turismo ilegal desde hace años. Con o sin vacuna, con o sin virus, van a entrar igual. Qué más da que sea por vacuna, para arrancar de los comunistas o para “pedir moneas”. El prostíbulo nacional funciona desde hace tiempo a vista y paciencia de todo el mundo, y trabaja con las puertas abiertas de par en par ¡Si ya nos vacunaron a nosotros!

 

Y eso no es todo, prepárense para el día en que el virus de paso a la inmigración barbárica total, que solo ha sido contenida y postergada por la dura realidad. Creo que desde el paraíso terrenal venezolano ya han arrancado ocho millones de personas, y en Haití continúan pasando hambre. En Colombia estarán un poco mejor, pero solo un poco. Sin consideran a un pequeño grupo de gente normal, como nosotros, unos años más estaremos rodeados de campamentos repletos de turistas. Ya lo verán. Mi pronosticó laboral para los próximos años es, con mas de la mitad de la población viviendo del estado, trabajando para el estado o desempleados. El Joaco podrá hacer todos los departamentos que quiera en Las Condes, sus alrededores y el resto del lupanar con vista al mar, que no alcanzarán.

 

Las viviendas (y las peguitas) no alcanzarán, ya que, en la próxima constitución, probablemente se consagrará el derecho a una vivienda digna, por lo tanto, la gente se retirará del negocio inmobiliario residencial, en vista de que esos derechos puedan oponerse a su derecho de propiedad, y a cobrar el arriendo, en el plazo y el monto acordado en el contrato de arrendamiento. Y espérense para echar a un arrendatario moroso con derechos de todo tipo ¡Je!

 

Y bueno, ni hablar sobre el derecho al trabajo, por supuesto, también digno. El asopado que contrate a un empleado en los próximos años es weon del todo. Tendrán que pedir permiso para despedir a un fulano que les roba en sus propias narices. Se los firmo.

 

Quien tenga algún dinerillo que lo guarde o lo invierta afuera. No se fíen del “Chile que todos queremos”, que lo comeremos como en el Macdonalds, en un combo con todo incluido, aunque no lo queramos, con la escoria que está llegando, los barbáricos habitantes nativos y las barbáricas costumbres de todos los anteriores, con vacuna o sin ella.