¿ENGAÑA USTED, O ENGAÑO YO?

Resulta que la viejuja de Providencia, ya con el finadito en peor vida (porque supongo que estará allá abajo, salvo que haya sobornado a San Pedro), intenta ser presidente. Y resulta que ha cambiado opinión. El 2020 consideraba que la señora Juanita y don Paga Moya debían pagar el CAE a los sinvergüenzas que no lo han pagado, además de reírse en la cara de quienes lo pagaron. Cuatro años después, fíjense ustedes, y coincidiendo con los vientos reinantes, opina que el CAE no debe ser condonado.

 

Boric es otro machucao que ha cambiado de opinión. Comenzó a cambiar de opinión el día en que la elección parlamentaria los dejó en minoría en el congreso, y volvió a cambiar de opinión el día en que el respetable publico rechazó su desquiciada propuesta constitucional.  No, Boric no miente, como va a mentir si es joven fue a la universidad, diría la mayoría nacional, solo cambió de opinión. Yo, por siaca, no le daría mayoría parlamentaria ni le aprobaría la constitución marxista, no sea cosa que se arrepienta de lo arrepentido y regrese a ser el de siempre.

 

Es que el poder enloquece, y una vez obtenido, suele sacar lo peor de cada individuo.

 

La viejuja, por último, no importa tanto, si esa viejuja vale hongo, pero el Merluzo es de cuidado. Este elemento y su corte son lo más nefasto que tiene la sociedad, son capaces de las atrocidades más grandes, y mientras el populacho continúe siendo bárbaro, es decir, para siempre, debemos desconfiar en gentuza de esta calaña.

 

Quien suponga que el supuesto cambio de opinión del Merluzo es cierto, es un pobre infeliz que, si recibe un regalo esta navidad, solo será debido a que su familia le tiene pena, ya que el viejo pascuero no existe. No es que el viejo pascuero haya cambiado de opinión y ya no entre por la chimenea cargando un saco de regalos, no, no es eso, en serio, no es eso.  

 

La democracia, en definitiva, es una manera de elegir quien engaña a la gente, y los eligen los mismos engañados.