HERMANA, YO NO TE CREO

Seamos serios. Boric practicaba la afición de importunar a señoritas, o sea, que es un acosador sexual y punto final. No lo digo yo, lo ha dicho el mismo Merluzo y toda su banda de ladrones y atorrantes durante años. Si una mujer acusa a un hombre blanco de abuso, violación o algo similar, la mujer está contando la verdad por ser mujer, porque las mujeres no mienten, porque no tendrían razón para mentir, y si lo acusan con 10, 20, 30 o 40 años de desface da igual; y si no tienen pruebas también da igual, ya que solicitarle pruebas contundentes respeto del acto abusivo sería revictimizarla. Debemos creerle y ya está. Para eso le tenemos a la dama y el varón un gobierno feminista. Fin del tema.

 

Según Emol, el fiscal Cristian Crisosto asegura que Boric tiene calidad de “imputado” en investigación por “difusión indebida de imágenes íntimas”. Listo, se acabó el asunto, el Merluzo, además de atorrante, mafioso, sufrir alucinaciones, ser un vago, aparentemente hacerle a la wena, estar de patio, fomentar todo tipo de vicios y odiosidades, también es un degenerado dedicado al porno casero. Y no hay mas que hablar si seguimos la tesis woke-merluciana del “hermana yo si te creo”, ahora abandonada por el gobierno por una nueva tesis denominada “hermana yo no te creo” si me afecta a mí o a mis compinches. Para que las damas se vayan dando cuenta por quienes votaron.

 

La Novia de Chuky asegura que denuncia contra Boric “no tiene sustento”, algo de por si macabro, hediondo e inaceptable, si seguimos a pie juntillas la tesis buenista difundida por ella misma una y otra vez. Todas las acusaciones de mujeres abusadas tienen sustento, es más, son verdaderas mientras el hombre blanco heteropatriarcal no demuestre su inocencia más allá de cualquier duda razonable. Y aun así sería insuficiente.

 

Quienes no aparecen hace ya mucho tiempo, digamos que desde que este gobierno de atorrantes asumió el poder, son las esperpénticas señoras que, premunidas de pañuelos de colores atados al cogote, chillan destempladas por las calles acusando a todo el mundo de ser un macho heteropatriarcal.

 

Las hay rapadas a lo bruto, las hay con vomitivas tetas colgando, Las hay con innumerables fierros atravesados en labios, cejas, narices y otras presas de su lamentable cuerpo, las hay también tatuadas hasta en la entrepierna, otras gustan de auto sodomizarse con el asta de un pabellón patrio.

 

Si nos regimos por las inentendibles consignas y cánticos desafinados que emiten balbuceando, todas ellas aparentan ser analfabetas funcionales. En fin, la horda de desquiciadas a sueldo desapareció del mapa, lo que demuestra su estafa a la población que les cree sus ignominiosas acusaciones a la bandada masculina.

 

Y para más remate, el gobierno de atorrantes y ahora violadores, ocultó la información hasta pasadas las elecciones, lo que de alguna manera desacredita la fiesta de la democracia del pasado domingo. Todo ejecutado de manera muy transparente, resiliente, sostenible, verde, inclusivo y, principalmente, con perspectiva de género.