A la Sebastiana
le gusta a la cochiguagua. Pretende que, porque sí nomás, todos la apoyen. "No
tenemos casi ninguna diferencia desde Demócratas a libertarios", espeta la
vieja mentirosa sin arrugarse, lo que ya es mucho pedir para una veterana tan
trajinada como esta.
La Sebastiana
pretende mantener vivo al piñerismo por toda la eternidad, aunque ahora sin el
finado. Según pretende hacernos creer, todos deben unirse aunque en torno a
ella, por supuesto. Viejas pechoñas, nacionalistoides patrioteros, beatos, descreídos,
socialistas renovados, democristianos arrepentidos de sus pecados
comunistoides, todos caben el regazo de la mami de todes, ella, la regia. Pero
esto no es cierto, jamás lo fue: https://www.cooperativa.cl/noticias/pais/politica/presidenciales/matthei-no-tenemos-casi-ninguna-diferencia-desde-democratas-a/2025-03-02/094928.html
Retrocedamos
en la historia ¿En que consistió el exitoso diseño político-electoral “heredado
de la dictadura”? En la genial idea de Jaime Guzmán, de hecho, es genial ya no
hay otra idea viable para un país asalvajado, envidioso, caciquesco,
ladronzuelo, estatista y siempre escorado a la izquierda como es Barbarilandia.
Jaime Guzmán
ideó el sistema electoral binominal y un sistema presidencial con segunda
vuelta que obligaba a la creación de dos grandes grupos políticos, una centro
izquierda compuesta por socialdemócratas y socialcristianos, y otro grupo de
centro derecha liberal conservadora, dejando fuera a Merluzos, Novias de Chukys,
Espumitas, Santas Teresas de los Patriotas y toda la fauna chillona y patulea
revolucionaria que nos revuelven el gallinero ofreciendo mundos ideales y
guerras civil de facto.
El sistema se
modificó mediante un acuerdo entre la Nueva Mayoría de Bachelet y una escisión
de un grupo de parlamentarios RN mascotas de Piñera, quienes una vez electos como
RN salen del partido para formar un nuevo partido político instrumental al
piñerismo, “Amplitud”, que solo duró cuatro años, colocándose al servicio de su
amo y financista. Ellos eran la senadora Lily Pérez San Martín y los diputados
Karla Rubilar, Pedro Browne y Joaquín Godoy, todos exmilitantes de Renovación
Nacional. La excusa fue terminar con una supuesta polarización política que luego
de la modificación se hizo realidad: https://www.youtube.com/watch?v=VtHG6kzw5TY
Pretender
una alianza de este tipo, no solo es una mentira absurda, sino que mantiene la
actual dualidad entre una derecha impracticable compuesta por socialdemócratas
y vociferantes patrioteros que necesitan una barra brava para sobrevivir, y una
extrema izquierda revolucionaria. No nos sirve.
Los
denominados Demócratas, Amarillos y demás agrupaciones de centro izquierda, deben
caminar hacia una nueva coalición que se ubique en el lugar de la ex Concertación
que Piñera destruyó, colocándose a su izquierda y entregándola entonces en brazos del PC, su versión milenium del FA y demás izquierda ponzoñosa para poder participar en el gobierno..
Sobre la
derecha, el único camino posible es el iniciado por Republicanos, retirándose del
actual Chile Vamos para ubicarse a su derecha, debilitando al piñerismo que se
ubica hoy en el lugar que debiera tener una nueva Concertación. La extrema derecha
enloquecida en la que no se puede confiar, por supuesto que no debe formar parte de esta coalición.
Y no hay
más, cualquier otra combinación nos lleva a la radicalización, la revolución y al
guerracivilsimo de facto.