El problema con
el asunto de las vacunas es que se mezclan cosas intencionalmente con la
finalidad de armar un circo mediático y atemorizar al personal, transformando
un asunto serio en una payasada, y de paso en una instancia que puede llevar a la gente a cometer un error que en
algunos casos es mortal.
Las 72
vacunas de Espumita no son nada comparado con las atrocidades que espetaba en
plena pandemia. Yo le saqué la foto a este energúmeno en ese mismo instante.
Resulta que abogaba por una especie de disparatada selección natural entre las
personas, creo que lo llamaba inmunidad de rebaño o algo parecido. Entonces, el
que se contagiaba se moría o no se moría dependiendo de la madre naturaleza,
asegurando que no pasaba nada del otro mundo, ya que el porcentaje de muertos, según
su ojímetro, no sería tan alto. Es decir, según sus convicciones libertarias se
puede llegar a la cifra exacta de muertos aceptables. Era algo más o menos así...
Busquen videos antiguos de este desquiciado y se horrorizarán con sus opiniones
sobre este asunto, justo en medio de muertos y más muertos desfilando por todos
lados.
Se degeneró
tanto el temita de las vacunas y el coronavirus, que todo se enredó a propósito,
y así quedó este asunto a merced de lunáticos de toda especie. Apareció el
chino que se comió un pangolín, el otro chino que desayunaba murciélagos cazados
directamente en su cueva, lo que fue una burda y escandalosa mentira. Nadie reconocía
que el laboratorio chino estaba financiado por USA, lo que se comprobó cierto. Otros
acusaban a los gobiernos de utilizar el pánico como experimento de control
social, lo que yo creo que es la pura verdad al menso en algunos casos o algunos psicópatas dentro de algunos gobiernos. Después aparecen las vacunas, y
se cierne sobre ellas todo tipo de elucubraciones de desquiciados de YouTube.
Las vacunas
resultaron ser efectivas, aunque con situaciones al parecer muy minoritarias de
efectos negativos, obviamente por la necesidad de vacunar a la gallá rápidamente
en medio de la mortandad. Todo esto fue utilizado de manera muy irresponsable, frívola y
bizarra, incluso criminal.
Dejémonos de
tonterías, estos tipejos no pueden gobernar un país. Proponer como presidente del
lupanar con vista al mar a un maestro chasquilla que según él sabe de todo (“le
hago a todo, patrona, mande nomás”) es solo un mal chiste en un país de imbéciles.
Toda esta
tropa de desquiciados y mal intencionados batalladores culturales que reclaman por
la manipulación que los estados infunden en la población, en el fondo hacen lo mismo,
meten miedo. Cada uno favoreciendo su negociado.
De ahí la
necesidad de esta gentuza de exacerbar los ánimos, separar a la población entre
buenos y malos y cavar trincheras lo mas profundas posibles sin misericordia
alguna. La idea de esta caterva de miserables es crear pánico, enredarlo todo,
desorientar y asustar a la muchedumbre, para así poder instalar discursos
irracionales que, en medio de la estabilidad y la tranquilidad, no serían
considerados como soluciones válidas y normales, aceptando entonces como
ciertas las barbaridades más inconcebibles, ya sea una nueva constitución
comunista, o el minado de la frontera con campos de concentración para negros,
incluido fusilamientos.
Y de ahí a votar
por energúmenos salvadores de la patria, viejas brujas que ven el futuro, patos
malos de barras futboleras, payasos que no pagan la renta y demás desecho de la
población para regentar el negocio de todos, hay solo un paso. Y así estamos.