Se han encontrado
correos de funcionarios estatales instruyendo la eliminación masiva de
pacientes en listas de espera. Recordemos el caso de un hospital en la región del
Biobío. Ahora aparecen en escena los hospitales Sótero de Rio y Cordillera, en ambos
casos dirigidos por los mismos directivos, por lo que se puede presumir una
acción concertada: https://www.adnradio.cl/2024/05/17/hospital-cordillera-habria-eliminado-pacientes-de-las-listas-de-espera-al-igual-que-el-sotero-del-rio/
Estas listas
contienen gente que sin duda va a morir, pudiendo no morir. Lo sé yo, lo saben quiénes
borraron estas listas, y lo saben quiénes ordenaron borrarlas. Y me imagino
que, por mas imbéciles, ignorantes, envidiosos, enrabiados y miserables que puedan
ser, lo saben quiénes apoyan la destrucción del sistema privado de salud. Por
lo tanto, todos estos energúmenos, salvajes e inhumanos, son unos criminales.
Claro, esta
maldad tiene su lógica, siempre que usted tenga una lógica criminal, ya que si
usted elimina las listas de espera, no tiene pacientes en listas de espera; y
si no tiene pacientes en listas de espera, quiere decir que el sistema estatal
de salud funciona; y si el sistema funciona, y además funciona como intentan
hacernos creer quienes controlan y roban del sistema, bueno, bonito, barato,
solidario, transversal, resiliente, inclusivo y con perspectiva de género, y aún
más, no participan empresarios chupasangre que solo buscan atender bien, dejar conformes
a sus pacientes salvándoles la vida y así poder ganar dinero, pues miel sobre hojuelas.
Yo le voy a
decir una cosa a los imbéciles que pretenden terminar con el sistema privado de
salud, aunque sé que en este Blog la gente que participa es decente e inteligente
en su gran mayoría y el mensaje no va para ellos.
Miren tropa
de imbéciles, el día en que esta gentuza acabe con el sistema privado de salud,
gracias al apoyo que ustedes le entregan para cometer esta fechoría, es muy
probable que usted se muera sin necesidad de que haya muerto; y morirá no por estar
enfermo, ya que eso suele tener solución la mayoría de las veces, usted morirá
por imbécil, por ignorante, por resentido, por vengativo, por bestia, por ruin,
por sinvergüenza y por criminal.
Si la gente como
yo, y la gente como usted, pobre infeliz, puede comprar en el supermercado que
le da la gana, en la tienda que le da la gana, en la botillería que le da la gana,
en la panadería que le da la gana, explíqueme la razón por la que la gente no puede
contratar un seguro de salud donde le dé la gana y atenderse con el médico que le
dé la gana, soberano imbécil.
Es más, hoy
en día, usted puede suscribirse a Fonasa y aun así elegir el médico y el centro
médico donde prefiere atenderse, y todo gracias al “modelo heredado de la
dictadura”. Si algún día estos psicópatas y ladrones logran su objetivo gracias
a los imbéciles como usted que los apoyan, y solo Fonasa continúa existiendo,
aunque por supuesto con otro nombre y un logo con hojitas verdes, un sol
radiante, y pajaritos volando libres en el campo para que los imbéciles con
usted supongan que Fonasa cuida el planeta, dígame usted, ¿Cómo va a seguir existiendo
la libre elección, si usted no tiene libre elección para decidir a quien le
entrega su dinero, tal como hace en el supermercado, la panadería, la tienda y
la botillería de su elección? ¿Se ha puesto a pensar en eso, pobre y miserable
infeliz?
El objetivo
de quienes pretenden estatizar el sistema es simple: Se roban todas cotizaciones,
las administran como les da la gana, lo transforman en un dependiente del estado,
y ya es su esclavo. Pero claro, intentar que usted, que es un pobre miserable,
acepte esto, es demasiado. Lo sé, aunque igual lo intento.